La Voz de Galicia

Antonio Gippini: «Quería recoger las anécdotas del día a día en la consulta»

Ourense

MARÍA COBAS MARÍA COBAS OURENSE

El endocrino empezó a escribir en 1992 «Traición y venganza», una novela que ahora publica

28 Nov 2014. Actualizado a las 13:00 h.

ntonio Gippini es un reputado endocrino ourensano que, ahora, descubre lo que para muchos es una faceta desconocida de su vida, su pasión por la escritura y la literatura. Aunque reservada a unos pocos, Gippini lleva décadas cultivándola. Acaba de publicar Traición y venganza, que presenta el próximo día 11 en el centro cultural Marcos Valcárcel de la capital. Un libro que comenzó a escribir en 1992 como un anecdotario de consulta y que finalmente se fue enredando en un libro que intentó publicar. No hubo suerte entonces, pero hace no mucho recuperó aquel texto, le dio las vueltas que creía necesitaba y probó suerte en el mundo editorial. Y la tuvo. La novela ya está a la venta.

—¿Comenzó siendo un anecdotario?

—Quería recoger todas las anécdotas del día a día en la consulta, las cosas graciosas, que muestran la parte más humana de la profesión. Pero en lugar de anécdotas fríamente, decidí novelarlas. Como siempre era el mismo médico, le aparecía una novia, unos amigos, un padre de la novia... Y empezó a crearse un entorno de forma espontánea. Entonces dejó de ser un anecdotario para convertirse en una novela de intriga. La terminé y se quedó ahí, hasta que hace un par de años decidí recuperarla. La leí por curiosidad, por aquello de «qué había escrito» y creí que tenía muchas posibilidades. Tenía 200 páginas, pero la novela estaba inconclusa, porque solo estaba cerrada la historial principal. Pensé que se prestaba a una segunda parte y la escribí el año pasado, ya con las ideas más claras de lo que quería.

—¿Entonces hay ya una secuela?

—No. Al final decidí meterlo todo junto; pero se podría haber publicado por separado. La segunda parte también es de intriga, pero tiene más acción, más aventura y más misterio.

—¿Por qué misterio?

—Fue superespontáneo. No sé cómo escriben los profesionales, probablemente tengan un esquema de cómo hacer y después lo rellenen, pero en mi caso fue una cosa espontánea que fue alimentándose a sí misma. Fueron ideas que fueron ocurriendo.

—Lo que empezó como humor acabó como misterio...

—Todavía tiene una dosis de humor sarcástico, de ironía... Recuerdo que cuendo estaba escribiendo en libro tenía unas ideas, pero después el personaje, metido en un entrono, acaba cambiando, la historia te cambia. Es como si ellos existieran, y les pasaarn cosas que yo simplemente voy recogiendo.

—¿Qué queda de aquel primer borrador iniciado en el 92?

—Es la misma novela que hace veinte años, pero muy cambiada. La parte de las anécdotas la quité y añadí cinco capítulos para darle más género de novela negra.

—¿Por qué tanto tiempo en un cajón?

—En aquel momento lo mandé a tres editoriales superimportantes, que la rechazaron. Lo normal. Y me dije, «pues ya está, ahí te quedas». Pero ahora, no sé, me decidí. Yo mismo, con tanta distancia, después de 20 años, no soy la misma persona, he leído mucho, he aprendido mucho... Cuando lo leí, vi que tenía potencial. Podé las ramas y le di fuerza al tronco.

—¿Tal y como está ahora es como tenía que haber sido desde un principio?

—Aquello escrito hace años fue un germen que quedó allí y que ahora ha dado un libro. Un libro que la gente ha empezado a leer y que está teniendo muy buena acogida, está gustando mucho. La gente coincide en que engancha. Cuesta entrarle, porque son muchas historias, pero a partir de las primeras 70 páginas empieza a correr todo.

—¿Tendrá continuidad esta faceta literaria?

—Quisiera que sí. Si veo que el libro se consolida, sí, porque me gusta mucho escribir y creo que puedo hacerlo con calidad.


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