«Un Dodge Dart igualito al que tuvo hace años el abuelo»

Los actos organizados para conmemorar el centenario del nacimiento de Eduardo Barreiros comenzaron ayer en el corazón de la capital ourensana, en cuya plaza Maior se concentraron un buen número de vehículos procedentes del acuerdo del empresario y la multinacional americana Chrysler Corporation, algunos tan emblemáticos como el Simca 1000 o el Dodge Dart. Este último fue el que convocó a un mayor número de curiosos, empeñados en añadir su imagen a la memoria de sus teléfonos móviles: «Igualito al que tuvo hace años el abuelo», contestó un padre al hijo que insistía en su sorpresa: «Qué coche más largo».

Los más orgullosos propietarios no tardaron el alzar el capó para descubrir pulcros -aunque añejos- motores en los que se mantenía la inscripción del logo de Barreiros. Otros, tenían bastante con congraciarse de haber llegado a tiempo, como fue el caso de Luis Ángel Ramos, procedente de la localidad madrileña de Alcobendas: «Mi tío y padrino de bautizo fue chófer de don Eduardo y de otro tío heredé este Chrysler GL150 de 1974. Aún va perfecto, cumplí el horario unas cinco horitas con tres paradas y a 120 por la autovía, lo malo es que tuve un accidente y alguna parada extra». Las cervicales aún le daban la lata, mientras fotografiaba a algunos de sus compañeros del Club Barreiristas: «No podía, ni quería perderme esta cita, por mis compañeros de afición y por Mariluz Barreiros».

Poco después, estaban citados en el Teatro Principal para visionar el documental Barreiros, motor humano, incluido en el programa del OUFF, y reunirse después ante la mesa y mantel del Liceo. Hoy toca visitar las Bodegas Arnoya y salir hacia Gundiás, localidad natal del empresario, para continuar por la Ribeira Sacra y las bodegas Regina Viarium. La comida será en A Carballeira de Santa Cruz y la cena en las Bodegas Arnoya, para visitar el domingo el catamarán de Santo Estevo y comer en A Feira.