El regreso del Dickens más moderno a Ourense
Ourense
La emblemática cafetería abre de nuevo sus puertas en el centro de la ciudad, con una propuesta que cubre desde el desayuno a los cócteles de madrugada
19 Feb 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Alejandro Ferreira y Jose Rodríguez son amigos de toda la vida. Los dos son de Calvos, en San Cibrao das Viñas. «Coñecímonos con catro anos no colexio en Seixalbo e dende entón ata hoxe», comenta Alejandro. Después de tanto tiempo se entienden a la perfección y por eso ahora han decidido compartir un gran proyecto profesional, la reapertura de uno de los locales más emblemáticos de la ciudad: el café Dickens, que en su última etapa abierto se llamó Chester. Jose tiene la empresa Desbroces Ourense y Alejandro ha estado al frente de varios pubs de la noche ourensana. Sumando sus conocimientos y su complicidad se lanzan ahora a la aventura de dar vida a un local que lleva varios años cerrado en pleno corazón de la ciudad, en la calle Valle Inclán. «Hay muchos ourensanos que conocieron a su pareja en este lugar o que forjaron grandes amistades aquí cuando era el Dickens. Por eso quisimos recuperar el nombre y también el espíritu de aquel negocio», explica Jose. Su propuesta es mantener la esencia del clásico café que durante décadas fue un referente de coctelería en la ciudad, pero modernizada. La idea es ofrecer un servicio completo, que cumpla con las expectativas y necesidades de todos los clientes.
Abren de la mañana a la noche y los fines de semana, cuando caiga el sol, el Dickens se convertirá en pub, con una luz más tenue, música más movida y una amplia carta de cócteles y copas prémium. Pero hay mucho más antes de llegar al ambiente nocturno. El nuevo Dickens tiene desayunos con bollería recién hecha, tostadas saladas y dulces, y alguna que otra elaboración con yogur o fruta. A partir de mediodía empieza a funcionar su pequeña cocina y en la cafetería se podrán degustar numerosas opciones para picar y compartir. En la carta no faltarán los chicharrones, los calamares rebozados, las anguilas en temporada... ni tampoco las tostas de gulas, de jamón con queso del país o de salmón ahumado. «Imos pór tapas quentes coa consumición. Estamos centrados nunha cociña galega e moi caseira que vai ir cambiando segundo a tempada e o produto do momento», explica Alejandro.
«Queremos que aquí veña xente de todas as idades e gustos. Que poidan desfrutar dun rato en boa compañía e nun ambiente agradable, e tamén de actuacións en directo», afirma Alejandro. Y es que en el Dickens han instalado un pequeño escenario y una cabina de disyóquey. Allí habrá diferentes propuestas según el momento de la semana. Para los viernes y sábado por la noche será de música en directo, pero también propondrán monólogos, magia y bien de comedia. «Queremos que a nosa oferta se complemente con propostas culturais que entreteñan e divirtan aos nosos clientes», añade.
La inversión y el esfuerzo por volver a poner en marcha el Dickens se nota en la estética y el concepto del propio bar. Llevan meses reformando y ampliando las posibilidades del espacio. Le han añadido iluminación, varios sofás y mesas altas. Pero también piensan en que su bar luzca en las redes sociales. En los baños han instalado dos estructuras de neón que convierten a quien se sitúe frente a ellas en un ángel o un diablo, buscando la foto perfecta para Instagram. Han restaurado la antigua cabina telefónica que presidía el interior del Dickens y ahora es roja impoluta, como las londinenses. Y, lo más personal, en la entrada luce un gran mural de Charles Dickens realizado por el artista de San Cibrao, Héctor Outeiriño, conocido como OH Art.
«A nosa aposta é que todo o mundo estea animado e contento aquí dentro. Que poidan tomar o café no descanso da mañá pero tamén relaxarse un venres pola noite cunha copa ben feita, un cóctel ou un viño. O que máis nos gustaría é que viñeran comer e xa se quedasen con nós todo o día», concluye Alejandro. Para celebrar la apertura han organizado un sorteo con un montón de productos. Los clientes de este sábado podrán llevarse un jamón, una cena o incluso vales de 50 euros con su consumición. «Queremos que todo el mundo sienta este lugar como su segunda casa», termina Jose.