La Voz de Galicia

«En la Xunta no quieren entender que oír no es lo mismo que escuchar»

Ourense

fina Ulloa ourense / la voz
Mónica con uno de sus hijos en el parque

Piden que el apoyo en lengua de signos cubra todo el horario lectivo

06 Oct 2022. Actualizado a las 19:08 h.

Cada curso que arranca supone un disgusto para Mónica Prada. Es madre de dos niños ourensanos afectados de hipoacusia neurosensorial bilateral severa que tienen oficialmente reconocida su discapacidad auditiva, por lo que Educación está obligada a ofrecerles apoyo en lengua de signos. Sin embargo ese apoyo es cada vez más limitado. El pasado año el niño mayor pasó de tener 14 a 7 horas semanales con intérprete, mientras que al pequeño le redujeron de diez a ocho.

Pese a las reclamaciones presentadas, no logró revertir la situación. «De hecho, aún no me han contestado», señala la madre. Mónica achacó aquella merma a la reducción del personal cualificado del que disponían en el centro, ya que pasaron de tener dos a un solo intérprete, lo que hacía imposible mantener el servicio máxime teniendo en cuenta que en el centro donde estudian, en Mariñamansa, había más alumnos que necesitaban ese apoyo.

Este curso el problema es todavía peor, al menos para el primogénito, que ve limitado el horario en el que dispondrá de lengua de signos a tan solo cinco horas. Al menor, sin embargo le suben algo la ayuda y dispondrá de doce. Cabe recordar que la jornada lectiva semanal es de 25 horas para estos dos alumnos de 10 y 5 años, respectivamente.

«Me siento decepcionada. No se están teniendo en cuenta las leyes que hay ni el propio protocolo de Educación. En la Xunta no entienden, o no quieren entender, que oír no es lo mismo que escuchar», dice Mónica para explicar que las ayudas auditivas de las que disponen sus dos hijos no son suficiente para que puedan seguir las clases en igualdad de condiciones que sus compañeros. Mónica siente que se discrimina a sus hijos pero sufre sobre todo porque entiende que se les está impidiendo formarse como los demás y, por tanto, no podrán prepararse para su futuro igual que el resto de sus compañeros de colegio.

«A mis hijos les afecta la reducción auditiva mucho en su proceso de aprendizaje, puesto que se pierden en las explicaciones de las clases. Incluso mi hijo mayor se da cuenta. Me dijo: ‘mamá no entiendo las cosas bien'», relata Mónica Prada. Y eso que ese primer hijo tiene implantes cocleares en ambos oídos, mientras que al pequeño solo le han colocado ese sistema en el derecho, y usa un audífono en el izquierdo.

Mónica recuerda que los intérpretes ayudaron mucho al mayor a avanzar en comprensión lectora cuando disponía de esas catorce horas semanales de apoyo y teme que la actual reducción a cinco supongan un revés definitivo a su progresión escolar.

Ante la falta de respuesta de la Xunta, Mónica ha decidido visibilizar el problema en la calle con una doble concentración para la que tiene el apoyo de intérpretes de lengua de signos. La primera será a las 11.00 horas en las dependencias de la Universidad Laboral donde se ubica el Equipo de Orientación Específico «porque es ahí donde se deciden las horas de apoyo», explica esta madre. Algo más tarde, a las 12.15 horas, será en el CEIP Mariñamansa, donde estudian los niños. El lema es «Por una inclusión real» y lo que se pide es que estos escolares dispongan de ese apoyo en toda la jornada lectiva.


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