Un veterano entrenador de hockey de Ourense acusado de abusos a una menor se defiende: «Que me quede ciego si la toqué»

A puerta cerrada se celebró este lunes en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Ourense el juicio contra un veterano entrenador de hockey de la ciudad al que una joven jugadora acusa de abusos sexuales. Tras haberse aplazado el pasado mes de enero porque el hombre, que tiene 70 años, cambió de abogado a última hora, esta vez la vista pudo celebrarse y durante su desarrollo quedaron bien claras las posturas opuestas que existen sobre los hechos.

«Es mi verdad contra su mentira», afirmó el monitor de Ourense tras quedar el caso visto para sentencia. En los pasillos del edificio judicial el investigado negó haber tenido comportamientos ilícitos con la joven y encajó la denuncia en un intento de ella por encontrar una excusa para dejar el equipo. «Yo creo que no sabía el daño que iba a causar», aseguró el acusado, P. P. F. «Se lo inventó todo para que sus padres no la obligaran a jugar porque a ella no le gustaba este deporte», alegó.

La menor, que tenía 14 años, presentó denuncia el 20 de diciembre del 2021, asegurando que los hechos habían ocurrido dos meses antes, en octubre. Según las acusaciones, el adulto habría manoseado a la chica en al menos dos ocasiones, tras haberse encontrado con ella en un lugar del local de entrenamiento. Al investigado, que fue detenido y pasó una noche en los calabozos de la comisaría de Policía de Ourense, se le impuso entonces la medida cautelar de alejamiento de la denunciante. Eso sí, siguió entrenando. «Llevo más de cuatro décadas trabajando con niños y niñas y nunca había tenido ningún problema», insistió al término del juicio, explicando que tuvo poco trato con la perjudicada porque solo estuvo un mes en el equipo. «Que me quede ciego si yo toqué a esa niña», afirmó.

Pero la denunciante se mantuvo en su declaración, confirmando ante el tribunal que el adulto se propasó con ella, y las acusaciones pidieron condena. Tanto el letrado de la joven como la Fiscalía provincial ven en los hechos un delito continuado de abuso sexual y reclaman una condena de cinco años de prisión. Ambas partes sostienen que el hombre mantenía una relación de superioridad sobre la menor.

A mayores, las dos partes reclaman que se inhabilite al profesional para desempeñar su trabajo durante un tiempo de ocho años, y que se le prohíba estar a menos de 300 metros de la denunciante, así como comunicar con ella por cualquier medio. Las demandas también incluyen que se impida que el investigado desempeñe actividades relacionadas con menores y que se le obligue a participar en un programa formativo de educación sexual durante tres años.

Otro asunto es la responsabilidad civil. Si se determina la culpabilidad del procesado, este deberá indemnizar a la víctima en la cantidad de 9.000 euros por el daño moral. Ahora la última palabra la tienen los tres magistrados encargados de este asunto.