El Arenteiro doblega al Sabadell con un juego de muchos quilates (2-0)

El Arenteiro se lo cree, entró tímido en la Primera Federación y poco a poco va engrasando una máquina de equipo de la categoría, sin complejos. Igual que se plantó con personalidad en Lugo, ante un colista inesperado como el Sabadell, supo aclimatarse a un Espiñedo pesado y dominar bajo la pertinaz lluvia a un rival incómodo, pero acuciado por su clasificación, al que a la postre derrotó: 2-0.

Javi Rey fue fiel al 4-2-3-1, a la vez que Óscar Cano buscaba su primer triunfo con los catalanes en defensa de cinco, con Manel —llegado este año de A Malata— como referente en punta. En ausencia del lesionado Marquitos, los carballiñeses acostaron a Iván Ramos en la derecha, con mucha movilidad de Pibe, quien sembraba el caos cuando se dirigía a ese costado. Algo similar sucedía en las diagonales de Luis Chacón desde la izquierda. Estos dos combinaron para el testarazo picado del de Pontedeume, que cerró un cuarto de hora inicial con mucho tráfico por dentro. Poco después fue un centro chut del argentino de Cambados el que hizo trabajar a Ortolá, mientras que los barceloneses eran más incisivos si tocaba el balón Cristian Herrera. Su centro desde ese flanco zurdo sirvió para un gran remate de Manel, que le sacó Diego García con una felina estirada a la base del poste.

Nando García también penalizó una mala salida de balón de los locales, que repelió Javi Moreno, cuando Diego ya estaba batido. Aún así, por aquel entonces Vicente Esquerdo ya gobernaba lo que se jugaba en la medular y el tempo de circulación del esférico. El gol parecía cuestión de minutos. Iván Ramos apremió a Ortolá en un centro cerrado cuyo rechace estuvo a punto de cazar Luis Chacón, quien no perdonó a la siguiente. Pibe volvió a quebrar su marca —laxa, esta vez— y centró en busca de Luisiño. El más pequeño en el área le robó la cartera a los zagueros y cabeceó impecable un cuero que llegó rechazado. Y van seis dianas.

Los verdes se fueron al vestuario con la sonrisa del 1-0 y de vuelta vieron que el Sabadell apretaba. Toni Herrero se encontró con Diego García, tras un centro lateral, y Manel remató fuera. Los de casa no bajaban la guardia y, entre medias, Miku no llegó por centímetros a un envío preciso de Álvaro Ramón.

Óscar Cano revitalizó su alineación y Álex Gualda gozó de dos oportunidades. Pero, a la hora de los cambios, Javi Rey tiene un as en la manga cuando da entrada a Manín. A la media hora de la reanudación, el omnipresente Pibe triangula con Álvaro Ramón como le gusta al berciano, balón profundo por la izquierda y centro al corazón del área. Allí miró de reojo el jerezano y se sacó un remate de tacón que desesperó a todo el equipo visitante, en el momento en que él celebraba su nuevo tanto. De sombrerazo.

Con la doble ventaja, el Arenteiro fue más autoritario y le puso el candado al enfrentamiento. Un oponente abatido solo volvió a amenazar la portería local cuando se lanzó a tumba abierta en el alargue. Tres puntos más, séptimos. Y el miércoles Copa del Rey. ¿Por qué no soñar?