O Barco instalará contenedores marrones en la zona urbana para reciclar comida y restos vegetales

«Hay que producir menos basura». Ese es el fin de que el Concello de O Barco de Valdeorras vaya a instalar contenedores marrones, según explicó el alcalde, Alfredo García. Colocar el conocido como quinto colector es una obligación que marca la ley, pero hasta ahora no había un lugar al que poder llevar lo que en ellos se recogiera así que la medida se demoró. A partir de enero ese problema dejará de existir porque se ha instalado un espacio específico para estos residuos en la planta de transferencia de A Rúa, a la que se lleva la basura antes de su traslado a la planta de Sogama en el municipio coruñés de Cerceda.

El Concello instalará en un primer momento 30 contenedores. Lo hará en las zonas más urbanas y con mayor densidad de población, porque entienden desde el gobierno local que el rural ya cuenta con composteros suficientes, porque se repartieron durante años, y porque para hacer uno en una huerta bastan unas tablas. El objetivo ahora es reducir lo que se envía al contenedor verde desde las viviendas pero también desde los grandes generadores de restos de comida como son los restaurantes, el hospital o la residencia de mayores. «El contenedor marrón es para los restos vegetales (de una poda o de cortar el césped, por ejemplo) y de comida», ahondó García, que anunció la iniciativa acompañado de la edila de Recollida de Lixo, Alicia Álvarez.

Para poder usarlos será preciso pedir una llave en el concello (la próxima semana habrá una campaña informativa sobre el proceso). A cada integrante de lo que se ha llamado voluntariado marrón se le entregará también un cubo y un paquete de bolsas biodegradables para poder introducirlas en el contenedor marrón. Se vaciarán dos veces por semana, por lo que la empresa adjudicataria del servicio de basura se hará con un nuevo camión. El Concello cuenta con 2.000 llaves, pero está abierto a pedir más, al igual que colectores. «Ojalá acabemos el 2024 con 100 o 150 contenedores, pero primero necesitamos saber la implicación de los vecinos», remarcó García.

El nuevo servicio supondrá más carga para las arcas municipales, pero no se repercutirá en la factura a los vecinos.