En el 2004 el Banco de España hacía la mudanza para irse de Ourense después de 117 años

No por conocida dejaba de ser una triste noticia para los ourensanos: la delegación del Banco de España había pasado a ser historia el 1 de enero del año 2004. Tocaba desmantelar las instalaciones y trasladar el material que formaba parte del fondo patrimonial del Estado para dejar vacío el edificio de la calle del Paseo. De la aparatosidad y expectación que provocaba la mudanza se daba cuenta en una información publicada el 23 de enero del 2004, hace ahora veinte años, bajo el títular «Ocho hombres contra una lámpara». Comenzaba entonces, en verdad ya lo había hecho antes, la carrera por hacerse con el histórico edificio donde el Banco de España —que había empezado a operar en Ourense el día 1 de octubre del año 1886, en el número 75 de calle Progreso— estaba desde agosto de 1931.

A las delegaciones provinciales de la entidad la cruz ya se la habían puesto mucho antes. Concretamente el día 1 de enero del 2002, fecha de entrada en vigor de la moneda única europea. El euro se cargaba a la histórica peseta y los bancos estatales de los países pertenecientes a la Unión Europea perdían su cuota de poder frente al Banco Central Europeo.

En el caso de la delegación ourensana, por las informaciones publicadas antes de consumarse el cierre definitivo, las cifras eran las siguientes: 25 entidades tenían cuenta abierta en la sucursal del Banco de España para la retirada e ingreso de billetes y monedas en efectivo. Las cuentas de deuda pública eran 331, pertenecían a particulares y arrojaban un saldo de 15.693 euros. Ocho eran las de organismos públicos y se habían contabilizado 670 movimientos entre septiembre y noviembre del año 2003. Con el cierre de Ourense las gestiones pasaban a depender de A Coruña, ciudad en la que quedaría la representación del banco en la comunidad. En el caso de las cuentas de particulares se podían trasladar a cualquier otra oficina, en función de la decisión del titular.

Acceda aquí a la información publicada en el 2004.

El primer director del Banco de España en Ourense había sido Domingo Villaamil —hablamos de 1886— y en el momento del cierre del servicio en la ciudad estaba al frente del mismo Isidro Sanchón. El destino de los once empleados de la delegación era variado: prejubilaciones —el director entre ellos—, traslados a otras ciudades y una jubilación.

Los cambios en la planificación urbana también eran objeto de apunte informativo: el edificio cuyas obras dirigieron José Yárnoz Larrosa y Juan de Zavala Lafora estaba en la esquina de las calles Vicente Pérez y Tives cuando se abrió, el 3 de agosto de 1931. Cuando se cerraron las puertas de la entidad bancaria las calles eran Paseo y Capitán Eloy —actual Concordia—.

 Colas para cambiar pesetas

El plazo para cambiar las antiguas pesetas por euros había comenzado tiempo atrás y el 31 de diciembre del 2023 era el último día que se podía hacer en la ciudad —después habría que acudir a la delegación del banco en A Coruña—. Y en varias ocasiones se habían hecho llamamientos para no dejar para última hora la decisión. Sí hubo colas en las jornadas de diciembre que cerraron el año 2003.

La actividad cambiaria tuvo su pico importante en el verano de ese año. Con la llegada de los emigrantes afloraron monedas y billetes que estaban repartidos por las casas de la provincia. Aunque por motivos de seguridad no se podía hablar de cifras, desde la dirección de la entidad se reconocía que el registro de actividad durante el 2023 había tenido su pico en los meses de julio y agosto. El titular era clarificador: «Los emigrantes cambiaron millones de pesetas por euros este verano».

 Edificio codiciado

Antes de echar el cierre el Banco de España de Ourense ya habían empezado las quinielas para saber a qué se destinaría y los pretendientes eran varios. El edificio había pasado a Patrimonio del Estado, concretamente a la sociedad Segipsa. El BNG presentó una moción en el Concello de Ourense para que se negociase crear en el mismo la Biblioteca Central Municipal, pero no contó con el respaldo de la corporación. Finalmente al Paseo se trasladó la Gerencia del Catastro —hasta entonces en la praza Eironciño dos Cabaleiros— y el Concello de Ourense alquiló la planta baja para crear el Centro Valente. Aunque Jácome anunció que se iba a destinar el lugar a oficinas municipales, el cambio no se pudo realizar por contravenir el acuerdo firmado en su día con el Gobierno central.