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Un sistema para trasladar órganos entre hospitales, diseñado por estudiantes ourensanos, se lleva el primer premio de la feria científica de Galicia

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Estos son los equipos ganadores de Galiciencia

Galiciencia, dedicada este año a la madera, se clausuró en el Parque Tecnológico reconociendo los mejores proyectos de los alumnos gallegos

12 May 2024. Actualizado a las 00:01 h.

Galiciencia, la mayor feria científica de la comunidad autónoma, se clausuró este viernes en el Parque Tecnológico de Galicia entregando los premios a los mejores proyectos presentados por alumnos de distintos centros educativos de Galicia. Un año más, y van 19, el objetivo de este certamen organizado por la Tecnópole fue despertar las vocaciones científicas entre el alumnado de primaria, secundaria, Educación Especial, FP y bachillerato y más de trescientos escolares se implicaron en la aventura. 

El equipo formado por Hugo Arribas, Alejandro Fidalgo, Catalina Riveiro Bouzas y Aroa Álvarez, de las Aulas Tecnópole (Ourense), se llevó el primer premio por un proyecto que bautizaron como Cold Vibes, un sistema refrigerado para el traslado de órganos entre los hospitales para la realización de trasplantes. Lo desarrollaron utilizando placas peltier. Según sus resultados, es un sistema más eficiente y eficaz que las neveras actuales. «El sistema habitual es poco efectivo, principalmente por la dificultad de mantener una temperatura constante y controlada. Esto es muy importante, ya que un error puede dañar el órgano. Nuestro prototipo es de bajo consumo y se puede modificar la temperatura, que se muestra en una pantalla», explicaron los alumnos. Además, su propuesta incorpora un sistema de seguimiento: «A la hora de transportar un órgano, es fundamental que tanto el hospital que lo envía como el que lo recibe conozcan en todo momento su localización, lo que garantiza la coordinación de los distintos equipos», añaden. El premio, dotado con 1.000 euros, les permitirá financiar su participación en la mayor feria científica a nivel estatal, Exporecerca, que se celebra anualmente en Barcelona.

El segundo equipo clasificado fue el formado por Aitana Méndez y Ariadna López, del CPI Poeta Uxío Novoneyra de Seoane do Courel (Lugo). «Ante el incremento del número de incendios en la Galicia interior, es un riesgo seguir realizando plantaciones de pino y eucalipto», aseguraron. Estudiaron las especies de árboles con interés maderero que existen en O Courel, compararon precios de los distintos tipos de madera y analizaron cómo se debe realizar su extracción para que sea sostenible. Comprobaron que el 40 % de las frondosas se usan para leña y también que hay un 25 % que están abandonadas, por lo que animan a incentivar la plantación de estas especies, con el fin de que en un plazo de entre diez y quince años, además de contribuir a luchar contra el cambio climático, O Courel se convierta en una potencia forestal con madera de calidad. Este segundo premio, de 500 euros, les permitirá participar en la Zientzia Azoka, la feria de ciencia de Bilbao.

El tercer premio fue para el proyecto de Aroa Gómez e Irene Gómez, del CPI de Mosteiro-Meis (Meis, Pontevedra). Estudiaron en parcelas de pinos de la Misión Biológica de Galicia la extracción de resina, una sustancia que actúa como principal defensa contra los enemigos naturales de los árboles. «La extracción de resina se hace en árboles vivos, lo que supone una fuerte agresión para los mismos», explicaron. Investigaron cómo, además, este aprovechamiento puede afectar al comportamiento de los animales, ya que durante el proceso puede verse alterada la emisión, por parte del árbol, de sustancias volátiles que actúan como señales aéreas para atraer aves insectívoras, mamíferos y artrópodos que se alimentan de las orugas presentes en los pinos, lo que contribuye a su eliminación. El equipo recibió 200 euros para la compra de material científico y tecnológico para su centro.

Lo más innovador: un peluche para calmar el estrés y la ansiedad

El proyecto más innovador fue el de Irene López y Elena Mauriz, del IES As Lagoas de Ourense. Desarrollaron una serie de sistemas de relajación, en particular un peluche fabricado con materiales y elementos que ayudan a calmar los ataques de ansiedad, junto a una aplicación para el móvil con juegos que permiten evadirse en momentos de estrés. «Nos preocupa la ansiedad y la salud mental entre la juventud, por eso decidimos profundizar en estos problemas y ofrecer soluciones novedosas», destacaron los responsables de este proyecto.

El premio para el mejor proyecto liderado por una niña fue para Andrea Araújo y Tony Baquiano, del Colegio Alborada de Vigo. Aprovechan tanto las algas que llegan a las playas como los helechos para fabricar papel y cartón. Como explicaban los alumnos, son recursos biológicos que ocupan grandes extensiones y al final de su ciclo de vida se secan y es necesario retirarlos. Las algas contienen celulosa, con la que obtienen una pasta para hacer papel y cartón, y con esta materia prima fabrican cajas y láminas. Por otro lado, de los helechos obtienen lignina, lo que les permite elaborar diferentes productos como planchas finas de madera, pellets para piezas o combustible e incluso se pueden usar como aislante térmico.

Mejor método científico: obtención de un adhesivo ecológico para la madera

El reconocimiento al proyecto con el método científico y proceso de investigación mejor definido fue para el liderado por Alba Bueno y David Souto, del Colegio Galén de Lugo. Obtuvieron aceite esencial de cítricos utilizando distintas técnicas de destilación para luego emplearlo como disolvente para poliestireno expandido, un material de desecho que en la actualidad se emplea en grandes cantidades y es muy contaminante. El producto resultante lo trataron con otros disolventes, obteniendo finalmente un adhesivo adecuado para madera y con bajo impacto ambiental. De este modo, lograron reutilizar un producto contaminante y darle utilidad.

El premio para la mejor comunicación y presentación oral recayó en Natalia Piñeiro y Henar Díaz, del IES Santa Irene de Vigo. Estudiaron la hora solar mediante la construcción de un reloj de contrachapado de madera, usando tecnología láser. Su finalidad es profundizar en las horas solares como método para conocer mejor la relación entre el Sol y la Tierra y su influencia en nuestro día a día a lo largo del año.

El mejor proyecto vinculado con la madera fue el de María Padín y Claudia Filgueira, del Colegio Sagrado Corazón Mercedarias de Ferrol. Crearon el prototipo de una eco-casa adaptada al clima húmedo de Galicia, que emplea la madera como material principal, junto a técnicas de construcción sostenibles y aprovechando recursos naturales como la luz solar y el agua de lluvia. 

El premio del público fue para Ana Pita y Carlos Morán del IES de Ortigueira (A Coruña), que diseñaron y construyeron con madera una máquina de videojuegos tipo Arcade, pionera en los años 80, y con la que juegan en el centro en el tiempo de ocio.

La alumna ganadora del concurso de fotografía a través de Instagram fue Aitana Sierra, del Colegio Miraflores de Ourense, con la imagen Los hórreos de A Merca, en la que muestra el importante papel de la madera en el mundo rural. En la categoría de docentes, la premiada fue Cristina Sabucedo, profesora del CPI Laureano Prieto de A Gudiña (Ourense), con la instantánea Sin olvidar la tradición, un homenaje al trabajo artesanal de los carpinteros.


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