Denuncian que dejaron a un gato envenenado agonizando en medio de la plaza de un pueblo de San Amaro

La protectora Arume de O Carballiño se reunirá el jueves con el Seprona para denunciar un caso de envenenamiento y alertar del gran número de muertes de gatos por esta causa en los últimos meses. Este martes, un felino apareció en medio de la plaza de un pueblo de San Amaro agonizando: «Seguramente estivo toda a noite así e ninguén o axudou ata que nos avisou un veciño ás nove da mañá, pero non se puido facer nada por el». Las voluntarias han atendido decenas de incidentes en O Carballiño, Maside, Cenlle o Beade. «É perigoso tamén para as persoas, que pasa se un neno colle algo da rúa e está envelenado?», avisan.

El de San Amaro ha sido el último animal atendido por Arume y también uno de los más graves. Un vecino que este martes pasó por la plaza de un pueblo del municipio se encontró con un gato agonizando y llamó rápidamente a la protectora. Una de las voluntarias acudió a instante para atender al animal y lo llevó al veterinario, pero murió por un envenenamiento. «Estaba nun lugar rodeado de casas e coches, a plena luz do día, despois de estar toda a noite baixo a chuvia con hipotermia. Parecía a propósito, tratan aos gatos como animais de terceira», denuncia. Hace apenas unos días, relatan, también murió otro perro por ingerir veneno. 

Las voluntarias apuntan que es muy fácil envenenar a un animal, especialmente a un perro. Pero en el caso de los gatos, los responsables hasta se tienen que gastar dinero en hacerlo: «Un gato non come calquera cousa, teñen que gastar cartos en comprar comida olorosa ademáis de no propio veleno, discorren como facelo». Denunciaron ante el Seprona este caso y tendrán una reunión el jueves para tratar el repunte de muertes. En lo que va de año, atendieron entre diez o veinte gatos envenenados en municipios como Maside. Las voluntarias son conscientes de que es difícil dar con el autor de los hechos, pero recuerdan que se trata de un delito penal y esperan que el Seprona aumente su presencia en la comarca para evitar más sucesos. 

«Os veciños tápanse uns aos outros e os Concellos non están cumplindo a lei», apuntan. Las colonias de gatos son responsabilidad «de todos» y son los gobiernos locales son quienes deben censar a los animales, castrarlos y aseguran que tienen un espacio donde comer. La protectora señala además que la importante presencia de veneno por los pueblos también es peligroso para sus propios habitantes. «Imaxina un neno que moitas veces mete calquera cousa na boca e da con algo envelenado, podería pasar calquera cousa», advierten.