El Ourense CF rescató un punto en el tramo final con las dianas de Carbonell (2-2)

El Ourense CF sigue sin ganar y sin conocer el sabor de la victoria en su estreno en la Primera Federación, pero su empate frente al Unionistas, igualando dos goles de desventaja en los últimos minutos puede ser un punto de inflexión para su futuro inmediato, con protagonismo notable para Javi Carbonell: 2-2.

El duelo comenzó espeso y bajo un manto de agua. Los hombres de Rubén Domínguez tenían recientes las heridas que le provocó el Barakaldo en el mismo escenario y en los primeros minutos. Los charros, por su parte, realizaban una puesta en escena aseada en defensa y sin asumir muchos riesgos, ante un rival más presionado. Eso sí, el delantero visitante se ganó una tarjeta amarilla a los veinte segundos y apenas pudo inquietar en una primera mitad sin áreas hasta que Hugo Sanz forzó un penalti al desbordar a Iñaki. Lo pidió Alberto Gil y su disparo lo desvió un felino Iván Martínez.

Era la segunda pena máxima fallada en este curso y otro fantasma que sobrevolaba sobre los atacantes locales. Aún así, los azulones no concedieron demasiadas opciones a su contrincante y Gonzalo Di Renzo volvió a tener el eventual 1-0, al rematar un bello centro de Andrada. El balón se le fue arriba.

Si la noche parecía también fea para el fútbol ofensivo, los forasteros dieron en la diana en su primera incursión del período complementario. Habilitó Rabadán desde la derecha para un Santamaría que se topó con Pato, pero el rechace del uruguayo le cayó a Carlos De la Nava, que adelantó a Unionistas.

Los anfitriones estaban más atenazados, pero Rubén le echó gasolina al fuego de la urgencia con la entrada de Álex Gil y de Javi Carbonell. El delantero jienense no tardó en rematar un servicio de Alberto, pero su equipo no tenía continuidad en el juego y la que explotó fue la pólvora que había sacado Dani Llácer de su banquillo. El ariete suplente de los visitantes, Dani García, le ganó la espalda a la zaga y superó a Pato, quien reclamó un pisotón de su oponente, si bien se produjo después del remate.

Al Ourense CF no le quedaba otra que quemar todas sus naves y siguió mejorando con la entrada de Iván Del Olmo y, después, del recién llegado Juanma Bravo. Aunque el choque parecía sentenciado, en una oleada desde la derecha, Carbonell enganchó el rechace al a desesperada de la zaga salmantina y recortó distancias con un precioso remate en escorzo.

Los locales se lo creían y empujaban con todo y, a cuatro minutos del final, Álex Gil se proyectó por la derecha y entregó a un Carbonell hambriento. El empate hizo creer a todos los asistentes a Couto y el árbitro concedió un alargue de siete minutos más. Di Renzo la tuvo de nuevo, pero Iván cerró la puerta a la remontada. Sí se puede.