El COB se puso el mono de faena para imponerse a un Betis menos intenso (94-86)

Después de un borrón, nada mejor que levantarse a la primera oportunidad y el Club Ourense Baloncesto sacó su espíritu más combativo para doblegar con todas las de la ley a un Betis que parte entre los gallitos del grupo: 94-86.

El COB comenzó fallón y aunque Romaro Gill lo puso por delante con tres puntos (2+1), la siguiente anotación fue un triple de Diogo Brito para frenar el 3-12 con el que ya se escapaban los sevillanos. DeBisschop imponía centímetros en la zona y el relevo de Kasibabu. Los porcentajes ourensanos no mejoraron hasta el último tramo del cuarto, cuando Javi López se marcó una bomba ante el punteo del pívot congoleño y Mendikote sacó a relucir eso que no se mide en centímetros de altura, para cerrar los diez minutos iniciales con 7 puntos y un 22-30 que dejaba a los suyos en la disputa.

En el segundo episodio, la mejor noticia para los ourensanos era que Ben Krikke estaba de vuelta y comenzó a acelerar su ritmo de juego y a fajarse con los gigantes béticos. Los hombres de Moncho López afinaron la puntería y apretaron una clavija más en defensa. En los minutos previos al descanso, solo podía ser Mendikote el que le diera su golpe de personalidad a la remontada. A la caseta con un 47-46.

En el tercer acto, el vasco volvió a bregar en la pintura para abrir un partido nuevo. El intercambio de canastas duró hasta que en desde el banquillo ourensano reunieron a Gill y a Antonio Monteiro, cuyos dos triples llevaron el electrónico a un 71-64 para levantar al público, que empujaba con más fuerza a los suyos, cuando pesaban sobre el choque las terceras personales de Brito, el propio Gill o el visitante Radoncic.

Hughes era el pilar anotador de un quinteto verdiblanco que echaba de menos a su amonestado montenegrino y El COB ya puso toda la carne en el asador. Igual jugaba con dos bases que situaba a Monteiro de escolta de Krikke o confiaba en Sergio Rodríguez y Javi López, fiables cuando el balón más quemaba. Los de García de Vitoria se agarraban como podían, en un ambiente crispado por varias decisiones muy controvertidas de los árbitros. Brito, volvió a la cancha con sus cuatro faltas, y prácticamente sentenció un triunfo al que le puso el último ornamento el triple de su compatriota Rafa Lisboa.