Roi García, hijo del exalcalde alaricano: «É un orgullo pertencer ao proxecto colectivo que representa Allariz»

Cuando, en 1989, estalló la revuelta ciudadana que forzó el relevo en la alcaldía de Allariz, Roi García Camba tenía cuatro años. No se acuerda claramente de lo que pasaba en aquellas fechas, pero ha escuchado hablar de ello una y otra vez y, de tanto escuchar la historia, es casi como si él mismo hubiese participado también de forma directa. Su padre, Francisco García Suárez, sí estuvo allí y, como resultado de lo ocurrido, entró como concejal en 1990 y, más tarde, tras la renuncia de Anxo Quintana, se convirtió en alcalde, cargo que ocupó durante 18 años (entre el 2000 y el 2018).

La madre de Roi, María Xosé Camba, que falleció en el año 2011, también era militante del BNG. En ese contexto tan próximo, no es de extrañar que él también se interesase por la política. «É un orgullo pertencer ao proxecto colectivo que representa Allariz», explica. Así, cuando era adolescente, empezó a militar en Galiza Nova, la organización juvenil del Bloque. «Lembro ter consciencia da miña posición política desde moi novo. Son da xeración do ‘‘Non á guerra’’ e do ‘‘Nunca Máis’’ e foi nese momento cando din o paso de participar formalmente», relata.

Siendo estudiante de Arquitectura en la Universidade da Coruña, Roi llegó a ser representante de Galiza Nova en el Consello Nacional del BNG. En el máximo órgano de dirección de la formación coincidió con su padre, que pasa por ser uno de los principales referentes de la Unión do Povo Galego (UPG), el partido hegemónico dentro del frente. En esa militancia también coinciden Francisco y Roi. «Evidentemente, non en todo, sempre hai matices, pero en xeral para min sempre foi unha referencia e coincidimos na nosa visión, tanto do BNG como do nacionalismo, e da acción política, con claridade, mais tamén con posicións prácticas, no sentido de ser capaces de levar o discurso máis alá do teórico», explica el hijo.

En este sentido, y ante el debate originado en torno a si el Bloque es independentista o no, ambos lo tienen claro. Francisco García reconoce que hay distintas posiciones sobre este asunto que conviven con normalidad. «Hai quen considera que a alternativa da independencia nacional é a fórmula máis desexable e quen pensa que o fundamental é o respecto á soberanía galega dentro, por exemplo, dun Estado de tipo confederal», dice el exalcalde, que considera que Galicia, «en contra do que naturalmente se ten interiorizado, tería condicións perfectamente para poder vivir con dignidade e con perspectivas de futuro para o noso pobo, somos un país rico e con capacidade de traballo». Reconoce, no obstante, que «probablemente sexa máis fácil partindo dunha reformulación do Estado que recoñecera as nacións que o conforman».

Ambos están ilusionados con la posibilidad de que Ana Pontón sea la primera presidenta nacionalista de la Xunta. «O modelo do PP está esgotado. É algo que haberá que traballar para ampliar a base do proxecto, para tecer esa maioría, pero eu creo que vai ser así, porque o país necesítao», dice Roi. Su padre coincide: «Eu, aos meus 65 anos, xa teño vivido moitos vaivéns e creo que o BNG está nunha situación inmellorable para conseguir a confianza dos galegos».

El fútbol del Dépor, su otra gran pasión

Además de su militancia política, Francisco García y su hijo comparten su pasión por el fútbol y, específicamente, por el Deportivo. El partido de la pasada semana, en el que los juveniles lograron reunir a más de 20.000 personas en el estadio de Riazor, le sirve a Roi como excusa para remarcar la importancia de «confiar nas propias forzas, con proxectos que teñan os pés na terra e, neste sentido, o Dépor deu pasos moi importantes de defensa da lingua e de identificación co país sen complexos». Él, además, se quedó a vivir en A Coruña tras terminar la carrera y tiene allí un estudio de arquitectura junto a otros compañeros. «É unha cidade que ten o mito de renegada do país, pero non é certo», destaca.

Su padre, por su parte, volvió a su trabajo como secretario municipal tras dejar la alcaldía. Tiene su plaza en A Mezquita, donde precisamente hay un regidor nacionalista, Rafael Pérez. La convivencia es buena, dice.