Este albergue en Casaio ofrece un pedazo de Trevinca desde la ventana
Carballeda de Valdeorras
El alojamiento, en el corazón de Valdeorras, ofrece naturaleza y múltiples planes para disfrutarla
27 Jul 2021. Actualizado a las 05:00 h.
Después de dos años de trabajo y mucho esfuerzo, el sueño de Elba Rodríguez y Pedro Domínguez se ha hecho realidad y acaban de inaugurar su reformado albergue Eco dos Teixos. Está situado en el centro de Casaio, en Carballeda de Valdeorras, a mil metros de altitud. La casa está rodeada de las montañas de Trevinca, que pueden verse desde las ventanas de las habitaciones del complejo, uno de los grandes atractivos del lugar. «Es un paisaje inigualable que está conquistando a todos los que nos visitan», dice Pedro, que es natural del municipio. Y es que el Eco dos Teixos que propone junto a su novia y socia Elba es mucho más que un albergue. «Organizamos campamentos, excursiones y todo tipo de talleres relacionados con la naturaleza y el medio ambiente», apunta el valdeorrés. De hecho acaba de finalizar uno, de una semana de duración, para niños de 8 y 9 años, en el que disfrutaron del campo y del aire libre: «Fue una experiencia genial. Para ellos fue pasar un pedazo del verano en el pueblo, donde descubrieron la libertad y la diversión que les aporta esto». El albergue tiene 26 camas divididas en varias habitaciones con literas, aunque también cuenta con un cuarto con cama de matrimonio. La planta de arriba la han convertido en un enorme salón con chimenea y también con una pequeña cocina en la que los huéspedes pueden prepararse lo que quieran. Aunque en Eco dos Teixos cocina también Elba, que propone una cocina tradicional en la que deja entrever su pasión por algunos platos asiáticos como el pollo tikka masala. Abajo, donde antiguamente estaban las cuadras, hay ahora un precioso comedor-taberna en el que se pueden degustar las propuestas culinarias, siempre bajo reserva. «Es como una especie de cueva y llama mucho la atención», explica Pedro.
En agosto acogerán intercambios juveniles y, del 22 al 29, organizan un nuevo campamento, esta vez para niños de entre 11 y 15 años. «Estamos muy ilusionados y tenemos muchas ganas de seguir trabajando, especialmente con la gente del pueblo, que esto sea también suyo. Que puedan venir y tengan un espacio para hacer todo tipo de talleres o actividades», finaliza Pedro. Sin olvidarse de que su albergue es también perfecto para desconectar y respirar aire puro.