Este mecánico de Verín escribe sus memorias por una buena causa
Castrelo do Val
Francisco Silva habla sobre su infancia en el rural en «Sueños de un labrador». Lo recaudado con la venta del libro lo donará a la AECC
23 Mar 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Francisco Silva nació hace 67 años en la parroquia de Monteveloso, en Castrelo do Val. Se crio con su abuelo en el campo hasta que a los 17 se fue a Barcelona a trabajar. Cuatro décadas después regresó a su tierra natal. Todo ello tiene cabida en el que es su primer libro, Sueños de un labrador. «Lo que quise hacer es un retrato de mi infancia. Cuento cómo se vivieron los años cincuenta y sesenta en las aldeas de Galicia. La gente no tenía para comer y había que trabajar mucho y en la tierra», explica. «Yo me crie con mi abuelo, un republicano que estuvo a punto de ser asesinado, porque mis padres no podían hacerse cargo de sus ocho hijos», continúa. Francisco fue creando un diario desde joven. Libretas en las que tomaba apuntes de todo lo que vivía, de lo que le resultaba llamativo o injusto. «Cada mediodía me iba al campo con mi perro a sentarme y observar. Iba anotando anécdotas y recuerdos», comenta. Siempre le gustó leer. En Barcelona se hizo mecánico y conoció a su mujer. Tuvieron una hija y en el 2008 el matrimonio regresó a Verín, ya jubilado, para quedarse. «La idea de un libro surgió a raíz de ese diario que tenía de niño. Hace cinco años operaron a mi mujer de cáncer y empecé a escribirlo con la idea de destinar íntegramente lo recaudado con su venta a la AECC», cuenta. En el 2021, con su mujer ya recuperada, vio la luz Sueños de un labrador. Cuesta 15,95 euros y puede comprarse en librerías o en grandes superficies como Fnac, El Corte Inglés o Amazon. En sus primeros meses de vida, el libro ha conseguido recaudar más de cien euros que ya han sido donados a la AECC. «Me encantaría que se vendiese más por la finalidad solidaria que tiene. Mi vida es la de una persona que nació y se crio en el rural en los cincuenta. Creo que leerlo puede ser bonito y nostálgico para muchas personas, que empatizarán conmigo», termina.