«Antes había 300 alumnos, agora andamos polos cen e a tendencia é á baixa»

Hace cincuenta años las escuelas unitarias se quedaban pequeñas ante el volumen de alumnado y se decidía construir el colegio de Castro Caldelas. Una inversión de quince millones de las desaparecidas pesetas (90.000 euros de la época) permitió levantar aquel primer inmueble. Tenía un comedor y ocho aulas, que llegaron incluso a quedarse cortas y en los noventa hubo una ampliación. Eran años en los que cada curso había unos 300 escolares estudiando en el CPI Virxe dos Remedios. «Agora andamos polos cen e a tendencia é á baixa», dice el director, Juan Carlos Velo. La localidad, enclavada en el corazón de la Ribeira Sacra, no es ajena a la crisis demográfica que azota Galicia en general y que se ceba con el rural.

«Cada curso entran novos uns dez ou doce alumnos, e a previsión a futuro é que se manteña ou que se reduza», añade Velo. Y eso pese a que suma los alumnos de cinco concellos. Porque a los niños que siempre tuvieron en Castro Caldelas su centro de referencia (además de los de la localidad, los de A Teixeira y Parada de Sil) se unieron con el paso del tiempo Chandrexa de Queixa y Montederramo, donde el descenso de alumnado llevó al cierre de sus centros educativos. Allí estudian desde educación infantil hasta secundaria. Ya después, los que quieran hacer bachillerato tienen que desplazarse hasta A Pobra de Trives (el CPI Virxe do Camiño está adscrito al IES Xermán Ancochea) o a Ourense. Hay alumnos que, por los problemas de conexión del transporte, se trasladan a la ciudad de As Burgas para residir en el centro residencial docente, que está en la Universidad Laboral, y se escolarizan en ese centro o en otro cualquiera.

Los cien escolares que estudian en Castro Caldelas disfrutan de un centro con comedor escolar gestionado directamente desde el centro, es decir, hay personal que cocina en el centro. Es un tema importante, habida cuenta de que hay chavales que realizan casi una hora de trayecto en bus para poder llegar a clase. Salen poco después de las ocho y media de la mañana y no vuelven hasta las cinco de la tarde (las clases son de 9.30 a 16.00 horas). Eso convierte el servicio en fundamental para muchas familias. Además, el centro cuenta con una importante oferta de actividades extraescolares, para lo que el CPI Virxe dos Remedios cuenta con el apoyo de la asociación de padres de alumnos.

Hasta final de curso

Son cincuenta años muy bien llevados y desde el centro han querido festejar la efeméride con varios actos a lo largo del curso. El primero fue la inauguración, ayer mismo, de una exposición conmemorativa que puede verse en el castillo hasta que comiencen las vacaciones escolares. Son cientos de fotografías que recogen este medio siglo de historia y que Pablo Novo, profesor de educación artística y música, se ha encargado de recopilar. «Son fotos que nos ha ido enviando la gente que pasó por el colegio en estos años», destaca Novo. No falta la instantánea que recoge el día de la inauguración, el 6 de agosto de 1972. Era entonces alcalde Juan González García.

Ayer también hubo fotos y al acto no faltó la actual regidora, Sara Inés Vega. Es la primera celebración, pero quedan todavía otras más, como una milla urbana prevista para principios de mayo o una edición especial de la revista del colegio. Porque no todos los días se cumplen 50.