Las nubes impidieron disfrutar del equinoccio en la capilla de San Miguel

La meteorología mandó y el fenómeno lumínico del equinoccio de primavera no se dejó ver este 2023 en la capilla de San Miguel de Celanova. Cuando faltan 15 días para que se cumplan cien años de su declaración como Monumento Nacional, los vecinos y visitantes que acudieron a primera hora de la mañana de este martes -amaneció a las 7.34 horas-  se quedaron sin vivir uno de los momentos más especiales del inicio de la primavera.

La capilla fue construida entre el año 936 y el 940 y se encuentra en un lateral del Monasterio de San Salvador. Es el único monumento mozárabe que no ha sufrido ninguna modificación desde que se construyó. Además de la importancia arquitectónica, el valor de esta joya artística tiene mucho que ver, también, con el nivel cultural de sus constructores que, en el siglo X, combinaron sus conocimientos en matemáticas y astronomía que hoy en día permiten disfrutar de un efecto lumínico único dos veces al año, en los equinoccios de primavera y otoño.

Cuando amanece, el rayo de luz que entra por una ventana pequeña que hay en el ábside extremo mas oriental, hacia la Meca, hace una línea que une los tres espacios diferenciados del oratorio, saliendo de nuevo formando una perfecta estrella. Esta primavera no pudo ser. Habrá que esperar al otoño.        

Desde hace varios años, el Concello de Celanova organiza, en primavera y otoño, un encuentro para poder disfrutar del equinoccio. Al margen de estas dos citas puntuales, durante el año se pueden realizar visitas guiadas a la capilla mandada erigir por San Rosendo en honor su hermano Froila. Una oportunidad de conocer los secretos de uno de los oratorios más singulares de España. Se organizan los martes, miércoles y viernes a las 11.00, 12.30 y 16.30 horas. Los jueves, domingos y días festivos se elimina la visita de las once de la mañana. Si se acude en grupo numeroso es recomendable pedir cita con anterioridad.