La Voz de Galicia

Dos emprendedores venezolanos reabren el bar Acrópolis tras 14 años cerrado en Celanova

Celanova

Maite Rodríguez ourense / la voz
Paulo Ferreira Lopes y Renzo León Alffieri regentan el bar Acrópolis en Celanova.

El local fue un concurrido karaoke y los nuevos gerentes le quieren dar una orientación hacia celebraciones familiares

16 Sep 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Dos emprendedores venezolanos, Paulo Ferreira y Renzo Alffieri, están detrás de la reapertura de un local que llevaba catorce años cerrado en Celanova y que en la década de los noventa y principios de los dos mil fue el punto de encuentro para los aficionados al karaoke. Hablamos del bar Acrópolis, que antes se llamó El Túnel, por su largo pasillo de entrada. Paulo y Renzo han mantenido su última denominación, Acrópolis, y desde hace un par de meses están intentando recuperar el ambiente del local. Su idea, según explica Paulo Ferreira, es orientarlo a un espacio para celebraciones familiares. Alguna canción de karaoke será otra opción para estas reuniones. Ferreira apunta que probarán a ofrecer las consumiciones como se estila en Venezuela, por servicio, esto es, que al grupo se le sirve una botella de la bebida que soliciten y los mismos clientes se van repartiendo a su gusto.

En el nuevo Acrópolis servirán tapas en invierno. Ferreira señala que serán pinchos sencillos como calamares, alitas de pollo o morunos. Cederán el espacio para cenas o comidas familiares si tienen solicitudes, en estos casos no con cocina propia. Aunque no tenía experiencia previa en hostelería, salvo en su juventud, este emprendedor explica que se decidió a apostar por abrir este local en Celanova buscando una oportunidad porque en Venezuela siempre tuvo negocio. Se dedicaba a las reformas y tuvo una ferretería. A su socio Renzo lo conoce desde que estudiaban juntos en Puerto Ordaz, ciudad del estado Bolívar. «Fui yo quien lo incentivó a que viniera», afirma Paulo, de ascendencia portuguesa y residente en Cartelle. Conoce el idioma luso y el gallego no le resultó extraño, si bien reconoce que le ha costado un poco adaptarse al clima y la cultura local.


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