La Voz de Galicia

Acusa en Ourense a su vecina de tirarle un muro que hizo hace 40 años y ella, que lo admite, alega que era suyo

O Irixo

M. Vázquez ourense / la voz

Las acusaciones mostraron un vídeo en el que se ve a la sospechosa destrozando la pared

04 Jul 2024. Actualizado a las 05:00 h.

«Sí, lo derribé yo, pero era de mi familia». Este fue el argumento al que se agarró ante la jueza una mujer a la que se acusa de haber provocado daños en la propiedad de un vecino. Tras el visionado de un vídeo en el que se ve perfectamente a la sospechosa tirando las piedras de una pared divisoria entre dos fincas de una aldea del municipio de O Irixo, ella trató de explicar lo ocurrido buscando ser absuelta del delito que se le atribuye. El caso evidencia los muchos conflictos vecinales que aún persisten en municipios del rural gallego a cuenta de la propiedad de las fincas.

«No sé si usted sabe lo que es un marco», le espetó la acusada a la fiscal, tras preguntarle ella por su conducta aquel 7 de noviembre del año 2021. La mujer aseguró que en el lugar en el que estaba el muro cuyo derribo se juzga hubo siempre una entrada para su casa. Días antes, y según su versión, el acusado tapó esa entrada, cubriendo la división que había hecho su progenitor, el famoso marco. «Me molestaba mucho, yo no podía entrar por otro sitio que no fuera ese», insistió.

Pero la versión del denunciante fue bien distinta. Aseguró que el muro que divide su propiedad de la de la acusada lo construyó él mismo hace ya más de cuatro décadas, y con el beneplácito de los dueños del terreno anexo, los padres de la investigada. Explicó además que el acceso a la vivienda de su vecina siempre ha estado abierto por otra zona y recordó que a día de hoy los destrozos causados por la mujer que se sentó en el banquillo de acusados siguen sin repararse.

En la misma línea testitificó el hombre que grabó a la mujer destrozando la pared. Explicó que la construcción llevaba años erigida y que en el momento de echar las piedras abajo la investigada insistía en que aquello era suyo. Ahora la última palabra la tiene la jueza. Las dos acusaciones reclaman el pago de una de 2.160 euros al juzgado, más los daños, valorados en otros 964.


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