En la brisca, todas contra él

Digna Gabián, Maruja Lorenzo, Milagros González, Conchita Vilela, Chelo González, Concha Vázquez o Teresa Dacal son algunas de las mujeres que se reúnen cada día en A Ponte para jugar la partida de cartas después de comer. A ellas no les motiva la siesta y prefieren pasar la tarde divirtiéndose en buena compañía. Se encuentran sobre las 16.00 horas en la primera planta del edificio donde está la Biblioteca Municipal pontina, en un espacio cedido a la asociación de vecinos de ese barrio. Por eso, no es de extrañar que a veces a sus partidas se sume Olga Giráldez, presidenta de la asociación. Pero el que más se apunta a las timbas diarias es José Coello, marido de Digna y único hombre del grupo. De ahí que en estas briscas, todas vayan contra él. «En realidad, es buenísimo y tiene una memoria prodigiosa para contar las cartas», admite Maruja. Ella es una de sus parejas habituales para jugar. «Menos conmigo, juega con cualquiera», bromea Digna. «Hay que medirse mucho antes de ser pareja de Pepe -así le llaman- porque en este juego se lanzan besos y guiños, y nosotros no queremos que Digna se moleste», sigue la broma Olga. Hace referencia a las señas necesarias para jugar a la brisca. Todas ellas están encantadas de tener en sus reuniones a un jugador con tanta experiencia y tan buen humor. «Xogo desde que tiña 13 ou 14 anos e competiamos entre amigos na aldea», dice Pepe. Se refiere a Avión, de donde son él y su mujer. Ambos emigraron a Alemania, donde siguieron jugando a las cartas y hasta hace poco, también dedicaban los fines de semana a ir a bailar. «Es una forma de pasar el tiempo juntos, y con amigas, que nos encanta», afirma Digna. Y hasta se animan a merendar café con distintos dulces que ellas mismas preparan.