La Voz de Galicia

Fue a curarse una contractura a una clínica de fisioterapia de Ourense y acabó con un neumotórax: «No podía respirar y me asusté»

Ourense ciudad

M. Vázquez M. Vázquez ourense / la voz
El fisioterapeuta acusado aseguró durante el juicio que actuó correctamenteEl fisioterapeuta acusado aseguró durante el juicio que actuó correctamente

Atribuyen al profesional un delito de lesiones imprudentes por el que podría ser condenado a un año y medio de prisión

01 Dec 2024. Actualizado a las 05:00 h.

En junio del año 2019 una joven acudió a una clínica de fisioterapia de Ourense para que le trataran una contractura que tenía el hombro derecho. Tras la tercera sesión, en la que el profesional practicó con ella una técnica de punción, empezó a notar que respiraba mal. Se lo dijo a sus padres y la llevaron a urgencias. Le detectaron un neumotórax y enseguida la llevaron al quirófano, donde fue operada.

Este viernes el fisioterapeuta que atendió a la paciente se sentó en el banquillo de acusados del Juzgado de lo Penal dos de Ourense. Se le acusa de un delito de lesiones por imprudencia grave por el que podrían condenarlo a penas de prisión de hasta un año y medio, además de la inhabilitación. En el asunto también se acusa al propietario de la clínica.

«Aquel día era la segunda vez que me aplicaba la punción seca», relató la denunciante durante la vista, recordando el momento de los hechos. Contó que esa misma semana el profesional ya la había tratado con esa técnica y que no había tenido efectos secundarios que fueran más allá de alguna molestia en la zona. Durante la segunda sesión, mientras le colocaba las agujas, sintió ganas de toser e intentó reprimirlas, hasta que no pudo más. «El paró y dijo ''uy, aquí no era''», recordó la perjudicada, que aseguró que tras ese descanso el fisioterapeuta continuó con la punción.

«Me dijo que tenía mucho músculo y que necesitaba unas agujas más grandes; salió a buscarlas y continuó», explicó la paciente, relatando que unas horas después empezó a notar pinchazos en el pecho al respirar. «Cuando vi que no podía coger aire me asusté», explicó. Estuvo un mes y medio de baja.

El perito del Imelga que hizo un informe sobre lo ocurrido atribuyó la lesión que tuvo la joven a la técnica que le aplicaron en la clínica de fisioterapia. Recordó que este tipo de tratamientos requieren una formación específica y ve recomendable que, cuando se aplican, se informe al paciente de los riesgos que entrañan, para que pueda decidir. Aunque calificó el neumotórax de leve, aclaró que hubo perforación en los dos pulmones. «La aguja penetró demasiado», explicó el experto.

Pero el profesional asegura que no hubo complicaciones durante la sesión. Relató que llevaba cuatro meses trabajando cuando atendió a la paciente y explicó que en la clínica le daban libertar para utilizar las técnicas que creyera convenientes con los pacientes. También reconoció que no le dio a la víctima un consentimiento informado para que lo firmara y que las explicaciones sobre la punción se las ofreció «por encima» ya que tenía poco tiempo para atenderla. «La técnica era necesaria», aseguró, atribuyendo la lesión a que la aguja rebotó debido a la densidad de la contractura. «Seguí todos los protocolos», insistió.

En el centro no se hacía ese tratamiento

El propietario de la clínica, que en caso de condena respondería como responsable civil, dijo que nunca autorizó al acusado a utilizar la punción con los pacientes porque ellos apostaban por otros métodos y afirmó que el material para este tipo de tratamientos no se compró desde su centro médico. «Las agujas las tuvo que traer él de casa», dijo sobre este caso concreto. Ahora la última palabra sobre el caso la tiene la magistrada.


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