La Voz de Galicia

El encubridor de la muerte del holandés de Petín pide que se le permita acudir al pueblo

Petín

Ourense

La viuda del fallecido no se opone a que el hermano del autor confeso del disparo mortal pueda volver para atender el ganado

21 Feb 2015. Actualizado a las 05:00 h.

La viuda del holandés que murió en Santoalla (Petín) a causa de un disparo, realizado por uno de los vecinos del pueblo, no ha mostrado especial oposición a que el hermano del autor material y confeso de la muerte, puede volver a la localidad. Julio Rodríguez González, que ayudó a trasladar el cadáver y a ocultarlo en una zona aislada de muy difícil acceso, ha pedido formalmente en el Juzgado de O Barco que se le libere de la orden de alejamiento que pesa sobre él desde finales del pasado mes de noviembre. Está en libertad provisional, pero no puede acercarse al pueblo donde solo reside su familia y la viuda del holandés fallecido.

La petición se sustenta en la necesidad de atender el ganado de su propiedad. Al no poder hacerlo personalmente, según razona, se ve obligado a pagar a otra persona, lo cual le ocasiona un significativo perjuicio, toda vez que sus posibilidades económicas no son excesivas. Antes de adoptar una decisión, desde el juzgado se ha pedido opinión a la persona a quien en teoría protege la medida de alejamiento, esto es, a Margo Pool, viuda de Martin Verfondern. El primer intento del juzgado para escucharla no llegó a prosperar, pues coincidió en las fechas navideñas y la mujer no estaba en Santoalla, donde sigue residiendo, sino que se había desplazado a su país de origen. Un segundo intento, más reciente, ha dado lugar a que Pool se mostrara permisiva, sin hacer una oposición frontal a la petición, por lo que desde el juzgado se ha dado curso a la petición con el fin de que sea ahora el fiscal el que haga una propuesta.

Margo Pool, al parecer, no muestra especial animadversión hacia el hermano del autor material de la muerte de su marido, a pesar de que su intervención -de acuerdo con las propias declaraciones que los dos hermanos prestaron en el juzgado de O Barco- resultó determinante para que cadáver permaneciera oculto durante más de cuatro años.

 

 

Orden de alejamiento

 

La orden de alejamiento dictada por la jueza de O Barco a finales del pasado mes de noviembre impide a Julio Rodríguez aproximarse al pueblo de Santoalla. Al limitar ahora el afectado la petición de poder atender a sus vacas, sin que haya mostrado oposición alguna la persona a quien en teoría protege la medida cautelar, entra dentro de lo probable que la jueza levante esa medida, sobre todo si el fiscal la apoya.

La situación en la que se encuentra Juan Carlos Rodríguez, autor material confeso de la muerte del holandés, es diferente. Está en prisión provisional y tampoco es previsible que se vayan a producir cambios, por lo que, a salvo de algún cambio o alguna circunstancias excepcional, seguirá en prisión hasta que el momento en que se llegue a juicio. Tras la confesión, la instrucción no presenta una especial complejidad.

Desapareció en enero del 2010

El holandés había desaparecido el 19 de enero del 2010. Las sospechas recayeron sobre sus únicos convecinos, con quienes mantenía diferencias por la explotación de un monte comunal. Apareció su coche y algunos restos del cadáver el pasado 18 de junio. La detención de los sospechosos no se concretó, sin embargo, hasta el día 29 de noviembre.


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