Las luces de Ferrero Rocher atraen a visitantes en masa a Ribadavia: «Hai colas para comer ata as catro da tarde»

«Impresiona a cantidade de xente que hai estos días», confiesa el alcalde de Ribadavia, César Fernández. Vecinos y comerciantes de la villa están acostumbrados a ser un punto turístico, incluso abarrotado en fechas clave como la Festa da Istoria, pero esta Navidad es una experiencia inédita. El jueves 12 de diciembre, Ferrero Rocher iluminaba el casco histórico por todo lo alto, con 250.000 bombillas, después de que la localidad ourensana ganase el concurso «Juntos brillamos más». «Nunca estivo a praza tan chea como ese día», asegura el responsable del Hotel Plaza. Pero no fue más que el principio. Cientos de personas acuden a diario a darse un paseo por las luces.

iembre, el primero con la iluminación, las calles del barrio judío y el castillo tuvieron tanta afluencia casi como en la Festa da Istoria. «Superou todas as expectativas», apunta el regidor. Visitantes «en masa» abarrotaron la villa. Y este pasado fin de semana se repitió la misma situación. Esta afluencia dejó importantes beneficios en la hostelería local. Los alojamientos, como es el Hotel Plaza, no lo notaron tanto. «Hai algunha reserva máis a fin de semana, pero a repercusión nese sentido foi menos da esperada», asegura Piteira, el gerente. Eso sí, el servicio de restaurante tiene demanda constantemente.

Los visitantes comen y cenan en Ribadavia y consumen con frecuencia para resguardarse de las bajas temperaturas. Hasta la localidad ourensana están llegando grandes excursiones de fuera de Galicia. Pitera atendió a un grupo que provenía de Burgos e iba hacia Vigo. «Ao saber das nosas luces, cancelaron a reserva de cena en Vigo e estiveron aquí para despois irse a durmir alá», relata. Aunque los sábados y los domingos son el mayor pico de afluencia, entre semana también está siendo un éxito.

Las cocinas del restaurante Caracas tampoco paran. Manolo, su responsable, recibe a turistas en grandes grupos de Málaga, Murcia, Almería o de la otra punta de Galicia. Trabaja tanto con reserva como con atención al momento y de las dos maneras está siempre lleno. «Hai unhas colas enormes para comer, a xente espera ata as catro da tarde, atendemos como podemos», asegura. En parte, opina, porque tampoco hay tanta oferta en Ribadavia para comer que pueda asumir la cantidad de gente que la está visitando. Algún día entre semana, como el pasado jueves, asegura que hubo tantos clientes como un domingo. «Estamos contentísimos, este Nadal si que brillamos!», celebra el hostelero.

El éxito de las luces de Ferrero Rocher pilló de «imprevisto» a muchos hosteleros, como cuentan desde el café bar Calvo. Situados al lado del castillo de Ribadavia, aseguran que despachan cafés y consumiciones constantemente, similar a lo que se enfrentan en la Festa da Istoria. Para este segundo fin de semana, en el que también estaban ya de vacaciones los niños, tuvieron que prepararse para atener a cientos de personas: «Estamos encantados».

Las tiendas locales, como la de María González, también ganaron una espléndida campaña de Navidad. «Hay gente que viene a la tienda a mirar, se va a dar un paseo por las luces y al volver compra», cuenta. En su caso, que es artesana de regalos personalizados con serigrafía o bordado, hace sudaderas al momento así que mientras las prepara los clientes van a ver la iluminación y las recogen al terminar.

Medidas de tráfico

La gran afluencia de visitantes provocó, sobre todo el primer fin de semana, complicaciones en el tráfico. Los dos kilómetros de entrada a la localidad sumaban un atasco de unos veinte minutos. Por eso, el Concello diseñó plan especial, en colaboración con la Policía Local y Protección Civil. Habilitó seis zonas de aparcamiento disuasorio en las calles Xestal, Veronza, Baixada ao Consello, en los alrededores del Polideportivo, Hermanos Álvarez Araújo y la carretera de Francelos. Recomiendan no apartar en el propio centro sino acceder al casco histórico a pie. Las luces de Ribadavia prolongarán su instalación hasta el 26 de enero, extendiendo dos semanas más el atractivo navideño respecto a otras localidades como Vigo, como destacan desde el gobierno local.