Vendida la mitad de la cosecha de patata de A Limia

Los negros augurios sobre una campaña nefasta en el sector patatero por los anegamientos de la primavera y el bajón en la producción no se han cumplido finalmente, por fortuna. Técnicos y productores respiran aliviados al concluir una recolección en la que las buenas temperaturas de octubre han evitado problemas de salubridad y en la que la producción ha caído, pero no tanto como se temía en un principio.

Con la práctica totalidad del tubérculo ya recolectado la cifra final de producción se mueve entre los 85 y los 90 millones de kilos, un 20 % menos que un año normal. Esa cifra está lejos de los 100 o 110 millones de un año tipo, pero lejos del 30 o 40 porcentual de caída que se presumía en junio o julio, cuando la planta fue sementada con más de un mes de retraso por las lluvias de primavera que anegaron cientos de fincas.

Todo ello se debió a que la temida merma en el rendimiento por hectárea no fue tan grave como la esperada. El buen tiempo, seco y sin lluvias en el mes de septiembre, contribuyó a un correcto crecimiento de la planta pese a la gran demora en el ciclo normal de su desarrollo por lo tardío de la plantación.

Los precios

La otra novedad positiva es que el nivel de comercialización del tubérculo es más que aceptable. Más de la mitad de la cosecha ya ha sido vendida por los patateros, en torno a 45 millones de kilos. Los precios se mantienen por encima de los 20 céntimos en el mercado libre en las principales variedades, y ese es otro dato muy alentador tras el anunciado annus horribilis para cientos de labradores.

El 40 % de la cosecha está regida por contrato, esto es, acuerdos previos entre el almacenista y el agricultor; y el resto se vende en el mercado libre.

«La patata tiene un buen estado de salubridad general. Tan solo hay algunos casos muy puntuales de podredumbre en tubérculos que se recogieron a finales de septiembre, antes de que algunas variedades culminaran el ciclo de desarrollo», explica el responsable del Centro Agrogandeiro de Xinzo, Servando Álvarez.

El futuro de los precios a corto y medio plazo es, como casi siempre, una incógnita. No obstante, las perspectivas no son malas. «En Europa hubo una menor producción y con tubérculos de menor calibre que en anteriores campañas, por lo que no habrá en el mercado tanta competencia de patata europea como en anteriores campañas», resume este experto.

Álvarez también mencionó que a diferencia de lo que sucedió hace un par de años, por ejemplo, en los almacenes no va a quedar patata sin vender esta campaña, en alusión a la buena demanda de producto en el mercado.

Los patateros también se muestran razonablemente satisfechos. Daniel Joga, un labrador antelano que recoge una media anual de 3 millones de kilos, es optimista. «Tuvimos suerte con el tiempo y casi no ha llovido en octubre y se ha podido recoger el tubérculo sin problemas humedad», señala.