La Voz de Galicia

«Mis mejores recuerdos como médico son los inicios con mi padre»

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El director del Hospital Domínguez compatibilizó la medicina, el deporte y la política, y con su hermano Rafael llevó al liderazgo actual el sanatorio que fundó su progenitor

06 Dec 2008. Actualizado a las 02:00 h.

Elena Larriba La medicina, el deporte y la política son las tres facetas que marcaron su vida hasta ahora y asegura que todas han sido gratificantes.

Miguel Domínguez Vaz nació en junio de 1949 en el antiguo Sanatorio Domínguez, fundado ese mismo año por su padre, Miguel Domínguez Rodríguez.

El patriarca de la familia, fallecido hace diez años, es fundamental para entender la trayectoria de sus hijos. Era ovetense de nacimiento y oriundo de Castropol. Estudió Medicina en Santiago y se estableció en Pontevedra por influencia de su tío Teodosio, que trabajaba de ingeniero en la Diputación. Entonces la medicina pública estaba limitada al Hospital Provincial, donde fue jefe de Traumatología. Pero, como hombre inquieto y emprendedor, no dudó en poner en marcha su propio proyecto sanitario con el apoyo familiar. Hasta su mujer, Carmen Vaz, fue un gran puntual en toda la intendencia del centro sanitario durante un tiempo.

Al principio el hospital era al 90% de Traumatología, pero se fue profesionalizando y ampliando hasta el salto definitivo al liderazgo actual, que hizo la segunda generación. Miguel y su hermano Rafael materializaron la idea que ya tenía su padre, con el que trabajaron codo a codo bastantes años y «hoy se sentiría orgulloso». «Mis mejores recuerdos como médico son los inicios trabajando con él».

Como su progenitor, Miguel Domínguez Vaz estudió la carrera en Santiago, hizo la residencia en Madrid y ejerció siempre en Pontevedra, «los 10 ó 12 primeros años en Montecelo y después en nuestro hospital». Nunca se planteó otra opción que la de ser médico, «aún sabiendo lo sacrificado de la profesión, en una época en que la medicina estaba muy personalizada y no había equipos».

El gran salto hacia adelante del hospital Domínguez fue una decisión meditada y una cuestión de oportunidad no exenta de riesgos. «Un mismo proyecto puede ser un éxito o un fracaso según el momento, y la confianza de la familia en nuestra gestión fue el factor decisivo».

Entonces, tuvo que dejar a un lado la atención a los pacientes para centrarse en el trabajo gerencial. «Un día nos encontramos con unas obras rematadas que mi hermano Rafael y yo habíamos programado con gran esfuerzo, con un hospital que había multiplicado por cuatro su superficie y su plantilla; ya no era posible compatibilizar ambas funciones y entre todos decidimos que fuese yo quien se dedicase a la gerencia». Lo que más le gusta de su actual trabajo es «poder continuar un proyecto que mi padre inició hace 60 años». Y lo que menos, «la renuncia al ejercicio de mi profesión».

Garantiza que hoy el Domínguez, a nivel privado, «es de los hospitales gallegos más preparados y punteros». Pero un centro sanitario es dinámico y tiene nuevos retos a corto y medio plazo para seguir mejorando. Además, la continuidad está garantiza por la tercera generación de médicos de la familia, que se irán incorporando de forma progresiva.

El Pontevedra C.F.

En lo deportivo, la etapa de su padre al frente del Pontevedra C.F. (1960-63) también influyó en su decisión de asumir como él la presidencia del club. «El Pontevedra es importante para mí desde niño, conocí las viejas gradas de madera de Pasarón y viví el ascenso en León, que marcó un antes y un después». Cuando su padre dirigía la entidad «le acompañaba por España en los desplazamientos del equipo, fue una etapa de éxitos deportivos y gran implicación de toda la ciudad».

Domínguez Vaz fue médico del equipo, antes que presidente (1981-85) y su mejor recuerdo es el ascenso a Segunda B. «Mi dedicación al club fue tremenda, supongo que como la de la mayoría de presidentes». Y añade que «nunca, ninguna actividad me exigió tanta dedicación». Pero no hubo interferencias perjudiciales para el hospital, «gracias a que mi hermano y yo siempre nos complementamos bien para compatibilizar distintas situaciones».

Está seguro de que el Pontevedra ascenderá «porque lo merece», y no volvería a la directiva «porque el club está en las mejores manos, porque hoy mi situación personal es distinta y lo que sabía hacer ya lo hice». Por hacer, hasta escribió y publicó Cincuenta años de historia del Pontevedra Club de Fútbol, un libro de consulta obligada para aficionados y periodistas deportivos.


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