El Gobierno achaca a la climatología que no saliesen las patrulleras de la Guardia Civil
Pontevedra
Estima que la operatividad no se vio «seriamente afectada» y anuncia que la situación «parece estar solucionándose»
20 May 2014. Actualizado a las 07:00 h.
El que durante semanas las patrulleras de la Guardia Civil del Mar hubiesen permanecido amarradas en su base de la Escuela Naval Militar de Marín no está relacionado con las bajas en el servicio. Así lo sostiene el Gobierno, que mantiene que fueron «las circunstancias atmosféricas las que no permitieron la salida de las embarcaciones», tal y como se refiere en una respuesta parlamentaria a, entre otros, el socialista Guillermo Meijón.
Tras aclarar que con el amarre de las patrulleras, los agentes pudieron realizar servicios de tierra, se remarca que, en todo caso, «la capacidad operativa en el mar no se ha visto seriamente afectada ya que, con objeto de minimizar la repercusión de las citadas bajas, únicamente se han reducido determinados servicios en tierra».
No opinan lo mismo en el seno del cuerpo y en ámbitos marineros. Recordaron que, tal y como trascendió en su día, la patrullera tardó seis horas en llegar a la zona del accidente del Mar de Marín -murieron cuatro tripulantes y un quinto está desaparecido- debido a esta problemática.
En cualquier caso, el Gobierno incide en que los cometidos en tierra, además de «minimizar las consecuencias de las circunstancias atmosféricas desfavorables», han permitido «realizar reconocimientos desde tierra (para identificación de posibles zonas de alijo), visitar cofradías de pescadores, lonjas, industria relacionada con la actividad pesquera o marítima de recreo».
Añade, a este respecto, que tales intervenciones «no son ajenas a los ejercicios cuando el personal se encuentra embarcado».
En cuanto a las bajas del personal de plantilla, el Gobierno ofrece datos del 2013, año en el que se contabilizaron media docena de casos, así como del 2011, pero obvia los del 2014. Según distintas fuentes, a finales de febrero solo aproximadamente una decena de los 45 agentes de plantilla permanecían operativos.
En todo caso, matiza que la «anómala» situación «parece estar solucionándose». En este sentido, se deja claro que «evidentemente las bajas por enfermedad se producen por causas objetivas y nunca intencionadas o mal intencionadas por parte de los afectados».