Indicadores contradictorios
Pontevedra
El disparo de la tasa de desempleo según la última EPA choca contra el crecimiento demográfico positivo que evidencia la ciudad
31 Jan 2015. Actualizado a las 19:46 h.
En los últimos días hemos asistido en Pontevedra a la difusión de sendos índices que parecen profundamente contradictorios. Resulta que, según la reciente Encuesta de Población Activa, esta ciudad tuvo el peor comportamiento laboral entre las principales de Galicia en el último trimestre de 2014. Y, sin embargo, sigue siendo la urbe de mayor y mejor crecimiento poblacional de la comunidad autónoma, con tasa positiva, frente a la desertización demográfica que se evidencia en el resto del territorio. Cabe preguntarse ¿cómo es posible que una misma ciudad que ha experimentado un aumento de más de 2.500 habitantes en los últimos años, soporte una tasa de paro de casi el 29%? O sea, ¿cómo puede ser atractiva para asentarse, vivir y tener descendencia, y al mismo tiempo, ir camino de convertirse en una estepa laboral para la población mayor de 16 años en disposición de trabajar? ¿Nos quieren decir que Pontevedra va camino de ser un predio de funcionarios, algunos autónomos y trabajadores por cuenta ajena, y el resto, jubilados y parados? No cuadra. Análisis de los datos Veamos los datos. A 31 de diciembre de 2014, la población total era de 83.464 habitantes, según la actualización del padrón municipal. La EPA que se cerró en Nochevieja nos dice que hay 41.000 pontevedreses mayores de 16 años en disposición de trabajar pero que solo 29.200 tienen ocupación mientras que 11.800 están desempleados. Entre los que trabajan, hay 8.000 funcionarios frente a 16.300 asalariados por cuenta ajena (sector privado) y 4.600 autónomos. Y otra cifra más, a propósito de los desempleados: según la oficina del paro (ahora SEPE) en Pontevedra hay 8.100 personas oficialmente registradas como parados. Si tomamos la EPA como única referencia, estaríamos ante una ciudad que con casi 30 parados por cada 100 habitantes debería ser un polvorín social; triste, deprimida, sin vida en las calles, con mayor delincuencia e inseguridad ciudadana. No es el caso. Pontevedra transmite vida, nervio, actividad, diversión y tranquilidad. ¿Qué falla para semejantes contradicciones? Es cierto que el empleo que se genera es escaso. Que después del verano, este último trimestre ha sido más flojo. Pero también hubo campaña navideña y ahora rebajas. Es verdad que Pontevedra depende de cómo le vaya al sector servicios y a los autónomos. Porque la construcción se desplomó, la industria -salvo Ence- ha desaparecido y la que queda es de talla mínima. Y solo el empleo público resiste lo que otorga dosis de estabilidad social. Además de otros factores. Uno de ellos, el empleo sumergido que podría explicar, en parte, el diferencial entre el paro estimado y el registrado (unas 3.700 personas). Incluso parece tener fundamento alguna explicación de tipo estadístico. La EPA muestrea en la ciudad de Pontevedra a 20 familias de las 65.000 que encuesta trimestralmente en todo el Estado Es obvio que los resultados en términos macro son más fiables que en términos micro. Técnicas de muestreo Tiene que ver con las técnicas de muestreo que se utilizan. Los que trabajamos en los medios informativos sabemos bien que según dónde se entreviste en cada oleada del EGM, según los audímetros que estén encendidos, así nos irá en la estimación de lectores o audiencia. Ya sé que Mosquera «salió» por ahí para capear las críticas del PP. Como cuando Rajoy intentaba coger aire en los momentos más cruentos de la crisis cuando le asediaban los datos de la EPA y la calle bramaba. Pero eso ya se llama escapismo político.