La Voz de Galicia

Pontevedra relaciona el aumento de población con la baja siniestralidad

Pontevedra

christian casares pontevedra / la voz

El censo ha crecido un 30 % mientras las víctimas mortales se han reducido a cero

21 Nov 2016. Actualizado a las 05:00 h.

Un minuto de silencio por las víctimas de accidentes en una ciudad en la que no las hay. Pontevedra saca pecho por la baja cifra de siniestralidad. Cero muertos en los último años, presumió ayer el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, en un acto organizado en colaboración con la oenegé Stop Accidentes ayer ante la antigua casa consistorial pontevedresa, precisamente para recordar a las víctimas de los accidentes de tráfico. Y Pontevedra, inmersa en un modelo de restricción del tráfico rodado desde hace diecisiete años, recoge los frutos y quiere exportar el modelo. Ahora se hace a través de la política del Plan Movese, de la Diputación de Pontevedra, que busca llevar a la red de vías provinciales, una de la más extensas de España, con mil ochocientos kilómetros, la filosofía del calmado de tráfico de Pontevedra. Menos velocidad y más seguridad para el peatón. El plan implantado en Pontevedra que ha hecho que, en el lugar donde ayer se celebró el acto, una explanada peatonal de miles de metros cuadrados, sea eso a cambio de retirar de allí el tráfico que antaño llevaba a que recorriesen la zona 28.000 vehículos al día, en palabras del propio regidor.

Pero, a cambio de eliminar los coches de los lugares céntricos, Pontevedra ha ganado en gente. Sí. Miguel Anxo Fernández Lores, regidor de Pontevedra, lo tiene claro. Y pone en relación el aumento poblacional registrado por Pontevedra en los últimos años -un 30 % en una Galicia que se desangra demográficamente- con ese seguridad vial que lleva a la ciudad a presumir de cero muertos en carretera.

Una ciudad «apetecible» sin «violencia viaria», relató Fernández Lores, en referencia a los últimos cinco años sin muertos en las calles del casco urbano. Pontevedra ha logrado así mantenerse lejos de la estadística estatal, la que, relatada ayer durante el acto por Stop Accidentes, recuerda que en el 2015 se registraron 1.689 fallecidos y 9.495 heridos graves en accidentes.

Cascos urbanos en los que los coches no pueden rebasar los treinta kilómetros por hora son la receta con la que contener estas cifras, que se acompañan, de lograrlo, de otras, como el aumento de población del que presume Miguel Anxo Fernández Lores.

Los datos parecen avalarle. En el año 2000 se registraron 129 heridos graves en el término municipal de Pontevedra a consecuencia de la siniestralidad viaria. En el año 2015, en las mismas vías, ya reformadas fueron solo doce.

¿Cómo se logró? Siendo la primera ciudad 30 de España. No está permitido rebasar esa velocidad en sus calles. No se puede ni normativamente, ni, casi, físicamente. La reducción tiene que venir acompañada, explicó Lores, de políticas de infraestructuras encaminadas a este fin. Así, Pontevedra ha visto como en sus calles, paralelamente al proceso de bajada de muertos, crecían los conocidos como «lombos», badenes que impiden ir más rápido sobre el asfalto a los coches. Hay trescientos «lombos salvavidas», como los califica el gobierno local.

Pero un tráfico moderado no solo propicia más seguridad, sino que está relacionado también con una prosperidad económica. El Concello sitúa en un incremento del 42,9 % en las actividades económicas en este período. Y también de una vida más sana. El 91,5 % de los pontevedreses sale a hacer la compra de sus alimento a pie. El 95,3 % de los que salen a adquirir moda, textiles, también lo hace caminando.

Por eso, el acto de ayer, sirvió para invitar a otras ciudades a seguir el modelo que ha llevado a Pontevedra a rebajar muertos en sus calles al tiempo que veía crecer a la ciudad.


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