La Voz de Galicia

Arte a fuego lento en Casa Chamota

Pontevedra

carolina sertal pontevedra / la voz

Nuria Figueiredo, reciente ganadora del certamen Novos Valores 2020, abre las puertas de su taller de cerámica, donde deja volar su imaginación diseñando las piezas de sus sueños

23 Dec 2020. Actualizado a las 05:00 h.

En un recoveco del casco histórico de Pontevedra, Casa Chamota llama la atención por su ventanas de color azul y las obras de arte que cuelgan de la pared en el piso superior, dando que pensar sobre toda la vida que albergará en su interior. Al llamar, Misterio avisa con varios ladridos a su dueña y la artista Nuria Figueiredo abre así las puertas del taller donde hace sus sueños realidad.

Una mesa de madera rodeada de estanterías plagadas de piezas cerámicas y diversos materiales dan la bienvenida al visitante. Y, al fondo, el lugar donde esta pontevedresa cocina a fuego lento su arte.

Licenciada en Bellas Artes y especializada en Cerámica artística, a través de una formación en la escuela de Artes y oficios de Vigo, Nuria Figueiredo fue seleccionada hace escasos meses como una de las ganadoras del certamen Novos Valores que todos los años convoca la Diputación y fomenta la producción artística de los talentos de la provincia, algo que para esta pontevedresa «es fundamental, porque me dará la posibilidad de exponer mi obra y que mis piezas vean la luz», indica.

Y es que Figueiredo lleva más de una década dejando volar su imaginación a través de sus manos, diseñando y dando forma a piezas que evocan elementos inspirados en la naturaleza, en lo curioso de lo cotidiano y también dando como resultado seres fantásticos inanimados, aparentemente sencillos y delicados y a su vez con una fuerza narrativa que no dejan indiferente.

Tantos años modelando generaron en Nuria la necesidad de disponer de un espacio propio y así nació Casa Chamota: «Antes era mi propia casa, pero tras ser madre se me hizo pequeña y decidí reconvertirla en un taller en el que poder trabajar, pero también en el que poder compartir y mostrar mis piezas», cuenta esta artista.

 

Un trabajo muy narrativo

Varios jarrones de los que salen unas manos con dedos alargados, simulando sostener las flores que guardan, están dispuestos en las escaleras que llevan al piso superior. Un ser con cuerpo de ave y cabeza humana vigila el rellano, donde la escultura de una niña señala al aire con un dedo acusador, también larguirucho.

«Mi trabajo es muy narrativo, necesito contar historias, aunque a veces no estoy muy segura de lo que quiero contar, así que dejo que sean mis piezas las que hablen», señala Nuria Figueiredo, quien comenta que sus principales fuentes de inspiración son «las fotografías antiguas, la simbología, lo cotidiano, me gusta el misterio, lo fantástico, la naturaleza y todas sus curiosidades. Intento construir objetos con historias cargadas de sentimientos de anhelo, delicadeza y magia, que despierten ternura y hagan sentir».

No destaca ninguna creación sobre otra, y es que para Figueiredo «todas las piezas son especiales de alguna manera, porque nacen de ti», pero también reconoce que «una vez que la hago, no me cuesta soltarla».

En su disciplina, el secreto de la ganadora de Novos Valores 2020 es «tener las expectativas controladas, porque en el proceso siempre suele haber sorpresas, pueden ser buenas, pero también malas», indica.

Por otra parte, esta artista pontevedresa explica que la venta de escultura es «complicada» y, en su caso, su principal nicho de mercado está en Galicia: en el mano a mano cuando las personas visitan su taller o en tiendas de confianza que apuestan por un arte diferente. En este sentido, explica que suele hacer pequeñas producciones, por lo que «nunca tengo stock suficiente para trabajar con tienda».

Si bien es cierto que es en lo que está más centrada, cerámica y escultura no es la única especialidad con la que coquetea Nuria, y es que su imaginación no tiene límites y tanto se deja llevar por el lápiz como por el pincel, creando ilustraciones, fanzines e incluso se atreve con la escritura. Nuria interrumpe un instante la conversación y sube a buscar un ejemplar de su última publicación, Pobre chico, una historia inspirada en una fotografía antigua y que le apetece compartir.


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