El callejero como instrumento de debate político en Pontevedra

A raíz del fallecimiento el pasado 28 de agosto de Francisco Javier Cobián, que fue alcalde de Pontevedra entre 1991 y 1995, el grupo municipal del PP ha iniciado una campaña para que la ciudad dedique sendas calles a los tres exregidores de la democracia, José Rivas Fontán, Cobián y Juan Luis Pedrosa. «Es un acto de justicia y totalmente necesario», subraya el portavoz popular Rafa Domínguez, que en una tribuna publicada en la edición digital de La Voz afirma que «poner en valor el trabajo y la dedicación de tantas personas que durante la democracia han trabajado por y para nuestra ciudad debe estar por encima de cualquier sigla o signo político».

Sin embargo, no parece que la propuesta haya despertado entusiasmo en las filas del gobierno local (BNG-PSOE). Su portavoz, Anabel Gulías, recordó este lunes que existen «criterios acordados polos grupos da corporación» para poner nombres a calles de nueva apertura. Esos acuerdos pasaban hace unos años por recuperar la toponimia tradicional; y en el 2015 se aprobó impulsar el reconocimiento a mujeres, ya que la presencia femenina en el callejero es de uno a diez con respecto a los hombres. Gulías añadió que «os acordos están para ser respectados, e non para cambialos arbitrariamente». Sin embargo, eso no es del todo cierto, ya que el PP se desmarcó del acuerdo del 2015 pidiendo la constitución de un «comité de expertos» para valorar qué nombres dar a las nuevas calles y cuales son susceptible de ser retirados.

Porque no es nada extraño que el callejero se emplee como instrumento de debate político y acabe enfrentando a gobierno y oposición. El PP fracasó dos veces en su intento por que Pontevedra dedique una calle al expresidente Adolfo Suárez. En el 2008 se rechazó por el acuerdo tácito municipal de no dar nombres de calles a personas vivas; y cuando falleció, en el 2014, el PP propuso dar su nombre al desdoblamiento de la avenida de Vigo. Pero entonces comenzaba a imperar la tendencia a feminizar el callejero y se optó por homenajear a Josefina Arruty.

Otra polémica política con respecto al callejero se vivió en el 2016, cuando Marea Pontevedra propuso retirar el nombre de Javier Puig Lamas del callejero apelando a la ley de Memoria Histórica, ya que presidió una gestora al frente de la Diputación durante poco más de un año durante la Guerra Civil. Aunque la propuesta carecía de rigor - no existe prueba alguna de que Puig Llamas cometiera actos susceptibles de ser reprochados en el marco de dicha ley- sí recibió en el pleno el apoyo del BNG. Se aprobó, pero no se ha llevado a cabo la retirada de su nombre del callejero.

El penúltimo episodio se vivió este mismo año, cuando a instancias de BNG y PSOE se eliminó del callejero pontevedrés al rey emérito Juan Carlos I, una decisión duramente criticada por el PP. La avenida que llevaba su nombre luce desde abril el de Virxinia Pereira Renda.

Mas tranquila fue la decisión, tomada en el año 2018, de sustituir en el callejero de Pontevedra al ministro franquista Fernández Ladreda por la escritora María Victoria Moreno. Ahí sí hubo pleno consenso por parte de todos los grupos de la corporación.