El tirón de la macrotienda de Zara en Pontevedra revive las galerías: de la peluquería de «Cuéntame» al que alquila cinco bajos
Pontevedra
Los comerciantes demandan que se abra el paso a Gutiérrez Mellado al acabar la obra
07 Sep 2023. Actualizado a las 09:45 h.
En las Galerías Oliva todavía hay bajos vacíos. Algunos tienen el cartel de se alquila, pero otros ya han encontrado quien los quiera. El tirón futuro de Zara en Michelena ha supuesto un revulsivo para un centro comercial con seis décadas de historia que ha visto como en los últimos meses se multiplicó el interés por sus locales. «Solo quedan cuatro bajos libres y cinco acaban de alquilarse al mismo propietario», explica José Prado, secretario de la asociación de comerciantes.
Sostiene que la futura apertura de la macrotienda de Inditex es un estímulo para ellos. Es la sensación que tienen con las obras ya comenzadas y el paso a Gutiérrez Mellado cortado. Y es precisamente ese el gran quebradero de cabeza. «El proyecto que está presentado en el Concello no contempla que se recupere ese paso. Vamos a intentar reunirnos con Zara, que parece algo posible, para explicarles nuestras necesidades», apuntan Prado y Toño Santiago, presidente de la agrupación de comerciantes.
El primer documento remitido por Inditex al Concello de Pontevedra no contemplaba la posibilidad de recuperar ese acceso por Gutiérrez Mellado, algo en lo que el Gobierno local insistió ante el malestar de los comerciantes. «Para nosotros es ahora la preocupación más importante. Nos daría la vida porque si no quedamos como una calle trasera», comentaba Carlos Mora, de la tienda de calzados que lleva su apellido.
Los comerciantes saben que retomar ese paso supondría un cambio de 180 grados en su día a día y se agarran al tirón de Zara en unas galerías donde los alquileres pueden rondar los 350 euros. Durante estos meses se han encargado de realizar talleres infantiles y actividades para devolver la galería a los años de pujanza. «Los cinco locales que cogió un mismo propietario creo que son para una tienda de delicatesen», advierte José Prado, mientras Toño Santiago pone los números en contexto. Él es el responsable de la papelería Clip y su mensualidad es de cerca de 400 euros, pero señala uno de los bajos vacíos en el que estuvo anteriormente y advierte: «En los años de bonanza llegué a pagar 1.600 euros».
Esos números son ya del pasado. Y es el atractivo del precio y la próxima apertura de Zara lo que ha llevado a más emprendedores a fijarse en unas galerías en el punto de mira. Así, Stromboli abrió su obrador, la tienda comercio justo se trasladó junto a Elvi, el aula de música estudia su ampliación, hay cinco locales en obras y la peluquería Manolo ha reabierto. Aún así demandan más vida para que la galería vuelva a los años de oro que tenía en la década de los sesenta cuando Valentín Suárez y Elisardo Álvarez la pusieron en marcha.
La peluquería de 1961 al estilo «Cuéntame» que reabre en manos dle barbero «loco»
La música de Julio Iglesias choca con los acordes de Fix You de Coldplay que suenan al entrar en la peluquería Manolo. Los dos marcaron épocas. Cuando el cantante patrio empezaba a triunfar, en Pontevedra se abría la Peluquería Manolo, un local que se conserva tal cual empezó en 1961 en las Galerías Oliva, el único centro comercial de Pontevedra marcado ahora por las obras de la macrotienda que proyecta Zara. Ese salón de tocados pasó a manos este mes del Crazy Barber, un estilista pontevedrés amante de lo vintage que devuelve la vida a este rincón de la galería con aires más modernos. Fix You puede ser una buena banda sonora para esta nueva etapa en la que también está inmerso el centro comercial.
El tiempo parece haberse detenido en Peluquerías Manolo. El escaparte casi hasta el suelo deja ver un interior de «Cuéntame» en el que durante años se encargaron de peinar a las mujeres de Pontevedra y hasta el pelo de la Virgen Peregrina. Él conserva este local intacto. Es lo que le gusta. «Decidí dejar la calle san Román y pensé pronto en las galerías, están cerca de todo», dice David Cores. Se fijó primero en un bajo vacío próximo a la inmobiliaria, pero desde allí vio la luz apagada de la peluquería y lo tuvo más claro que nunca. Era lo que buscaba. «Me gusta todo. Cuando pasaba por aquí siempre pensaba que Manolo tenía que ser para alguien que lo recuperase sin más. Y ahora soy yo», reconoce tras cortar el pelo a un chico a primera hora de la mañana.
El Crazy Barber no atiende solo a hombres, muchas de las clientas que tenía Peluquería Manolo siguen con él. «Hace más de un año que cerraron y después lo cogió seis meses una chica de Portugal. A mí me daba igual que estuviese en las galerías porque no necesito demasiada visibilidad», explica Cores, que a pesar de las mudanzas, sus clientes se van con él y gana los que ya tenía el negocio.
Él escogió las galerías por ser «centro centro» y por otro factor fundamental: «Los alquileres están muy bien de precio». Aunque en la parte de arriba hará alguna reforma (ahora está sin utilidad) y pondrá su nombre al local, mantendrá intacto el cartel de Peluquería Manolo, que se puso sobre el escaparate en abril de 1961. De esa época se mantienen en ese tramo Pedestal y Mora. Fueron los primeros en apostar por unas galerías que años más tarde se ampliarían para tener salida a Gutiérrez Mellado, ese paso que ahora es el caballo de batalla del único centro comercial de la ciudad.