La Voz de Galicia

En el rastrillo de la AECC en Pontevedra: «La gente dona muchísimas cosas. Todos los días entra mercancía»

Pontevedra

cristina barral pontevedra / la voz
Virginia Álvarez y Carmen Bugallo, este martes, en el rastrillo solidario de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Pontevedra

Virginia y Carmen son dos de las voluntarias que llevan el mercadillo solidario de la Asociación Española Contra el Cáncer

11 Dec 2024. Actualizado a las 20:11 h.

Una lleva más de veinte años dando el callo en el rastrillo solidario de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Pontevedra, y la otra se estrena este año. Son Virginia Álvarez Abós y Carmen Bugallo Puente, que integran el ejército de sesenta voluntarias —solo hay un hombre— que se encarga de gestionar el mercadillo navideño durante dos meses. Este año el rastrillo está ubicado en el número 24 de la calle Oliva. Un emplazamiento céntrico y un local equipado, el que ocupó la perfumería Tito de la Peña, que está teniendo muy buen resultado, coinciden ambas.

Carmen, natural de San Xurxo de Sacos (Cerdedo-Cotobade) pero afincada en Pontevedra desde hace muchos años, trabajó en una joyería y al jubilarse decidió participar en las actividades de la AECC. Asiste como voluntaria al hospital y este es su primer rastrillo. «Estoy gratamente sorprendida. La gente dona muchísimas cosas, todos los días entra mercancía», dice. A veces dejan cajas en la puerta. Virginia, que trabajó como administrativa y llegó a la AECC por una amiga que tuvo cáncer, se encarga, junto a Nati, de marcar los precios. Emplean una aplicación de Google para hacerse una idea. También limpian los productos que reciben, en especial, la plata.

Carmen y Virginia, con el mandil verde de la AECC, enseñan el almacén, donde preparan los productos que después se colocan en las estanterías. Se acepta de todo siempre que esté en buen estado, menos ropa y calzado, al que se puso freno tras la pandemia del covid. «La ropa se vendía bien, pero daba mucho trabajo», apunta Virginia.

El mercadillo abrió el pasado 15 de noviembre y se mantendrá hasta mediados de enero. Las ventas marchan bien y las voluntarias y la asociación confían en superar la cifra del 2023, que fue de 17.161,90 euros. Un dato corrobora ese optimismo: hasta el 5 de diciembre ya habían recaudado 11.224 euros. Ese dinero se destinará a financiar los servicios de la AECC para pacientes oncológicos y sus familiares en la provincia. Virginia recalca que todo lo que se vende queda anotado y se declara el IVA. En alguna jornada hicieron más de 800 euros y el viernes del Black Friday fue aciago: «Estaba todo el mundo en las tiendas».

Carmen Bugallo y Virginia Álvarez destacan el buen ambiente y la piña que forman las voluntariasADRIÁN BAÚLDE

Carmen y Virginia hacen hincapié en que todas las voluntarias arriman el hombro y se hace piña. Algunas ya se conocían de otras actividades y varias hicieron amistad en el mercadillo. ¿Faltan hombres y gente joven? Afirman que sí, que son bienvenidos si vienen a gusto y a trabajar, pero cuesta que se impliquen. En el rastrillo se venden artículos desde 1 euro y hasta los 180 euros, como una máquina de coser. Tienen mucha salida las vajillas, los vasos de colores, las copas talladas e incluso las bandejas de acero inoxidable de toda la vida. Cuando esté cerca el cierre, se liquidará la mercancía que quede. La que no se venda se donará a Boa Vida y una parte se llevará al almacén que tienen en la sede de Eduardo Pondal para rescatarla el año que viene.

A la hora de contar anécdotas, las voluntarias se miran y se ríen. Aseguran que hay personas que acuden muy a menudo. Entre ellas, dos anticuarios, uno que viene casi todos los días, y una señora. «Uno de los anticuarios se llevó un bastón de hueso», relatan. Las voluntarias también son «aportadoras y compradoras». Agradecen la solidaridad de los pontevedreses y recuerdan que ese dinero servirá para llegar a más personas con sus servicios.


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