Jacobo Pérez, el concejal que se bregó en Arcos da Condesa y quiere gobernar Caldas «con los pies en el suelo»
Pontevedra
Amante de la naturaleza y el deporte, tendrá el bastón de mando con 43 años
22 Dec 2024. Actualizado a las 14:03 h.
Si no hay cambios sobre la hoja de ruta marcada, el socialista Jacobo Pérez Gulín (1981) se convertirá el próximo 30 de diciembre en el nuevo alcalde de Caldas de Reis. Este licenciado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) y gestor administrativo de profesión sustituirá a Juan Manuel Rey, de 70 años y que estuvo 18 años en el cargo y casi 30 en política municipal. Jacobo Pérez, hasta ahora concejal de Hacienda, Obras, Comercio y Hostelería, no viene de familia de políticos ni en sus planes de juventud se le pasaba por la cabeza acabar como regidor de su municipio.
En el 2003, cuando estaba estudiando, el entonces alcalde de Caldas, José María Tobío, y Juan Manuel Rey fueron a buscarlo para entrar en la lista del PSOE para la entidad local menor de Arcos da Condesa. En aquel momento lo descartó. Desde joven siempre había organizado campeonatos de fútbol y cree que lo quisieron fichar más por esa vertiente social que por cuestiones ideológicas. Cuatro años después, en el 2007, cuando ya estaba trabajando, le dijo que sí a Juan Manuel Rey, pero tampoco con la idea de hacer carrera política ni mucho menos.
Al final, acabaría como presidente de Arcos da Condesa. Empezó como alcalde pedáneo en el 2011, intentando mejorar la vida de sus entonces 420 vecinos. Dos años después, en el 2013, con 32 años, Jacobo Pérez relativizaba una reforma de la Administración local que podía acabar con las más de 3.700 entidades locales menores que había en España. «Queremos que todos los núcleos tengan sus puntos de luz y que el agua vaya por las cunetas y no entre en las casas de los vecinos, como pasaba antes», decía en aquella época en un reportaje en La Voz.
Hay quien cuestiona su gestión en la entidad local y quien considera que el cargo de alcalde le puede quedar «un poco grande». Quienes le conocen y trabajaron con él destacan que es una persona «accesible y respetuosa», aunque también que tiene una personalidad «manejable» y «poco definida».
Al margen de su etapa en Arcos da Condesa, su experiencia política incluye los cuatro años como concejal en Caldas del pasado mandato (2019-2023) y lo que lleva del actual. Hace más de dos años se produjo una fractura en el partido a nivel local, que supuso la retirada de Manuel González Martínez de la primera línea, con Juan Arzúa como secretario xeral después de imponerse por escaso margen a la candidatura de Eva Fraga, afín a Manuel González. Se empezaba a gestar un relevo generacional que apuntaba a Jacobo Pérez, pero que quizá se alargó demasiado.
Para los miembros del equipo de gobierno la renuncia de Juan Manuel Rey no fue una sorpresa, más allá del momento y la forma elegidas por el veterano regidor. La política municipal exige muchas horas y esfuerzo y Jacobo Pérez lo sabe. Ahora tiene media dedicación exclusiva y tendrá que estudiar qué va a pasar con su gestoría. Entiende la política como servicio público y, al menos de momento, tiene muy claro que «hay que tener los pies en el suelo» y no alejarse de la realidad de los vecinos.
«Por ser alcalde no eres más ni menos. La dedicación es plena, me gusta y no se me caen los anillos. Lo mejor de la política es poner tu grano de arena en mejorar el sitio donde vives, esa es la parte fundamental. La decisión, al final, es de la gente», recalca. La parte negativa, la exposición pública y combatir los bulos. El nuevo alcalde, separado y con hijo de 6 años, es un amante de la naturaleza y el senderismo, y también del deporte, aunque lo practica cada vez menos.
Su partido gobierna con el BNG y ambos socios tendrán que hilar fino. Hay quien augura que la relación entre Jacobo Pérez y el nacionalista Manuel Fariña no será fácil, al perder este último a su gran apoyo: Juan Manuel Rey. El nuevo regidor tendrá que recomponer el grupo de gobierno con la entrada de Luis Manuel Ares Galbán, presidente de los comuneros de Santa María, y hacerse con su propio estilo.