La Voz de Galicia

La diseñadora que llegó por casualidad y triunfó

Poio

López Penide Poio / La voz Diseñadora de moda

Oriunda de Poio y residente en Barcelona, tiene claro que «los sueños se pueden hacer realidad»

28 Jun 2017. Actualizado a las 10:04 h.

«Por casualidad». Con estas dos palabras, Amai Rodríguez (Poio, 1985) explica cómo llegó al mundo de la moda, un mundo en el que ya ha cosechado importantes premios. «Estaba estudiando Bellas Artes en Pontevedra y mi madre me sugirió que hiciera la prueba de acceso de moda. Me inscribí, me salió bien y, de hecho, me gustó tanto que dejé la facultad para dedicarme únicamente a la moda. Para mí era el camino que necesitaba para crear una forma de expresión que no encontré, a lo mejor, en Bellas Artes. No es algo que me venga de familia o que en ella haya sastres... Fue pura casualidad, pero estoy muy contenta de aquella decisión», señala desde Barcelona.

Surgida de la primera promoción de Esdemga, los Estudos Superiores de Deseño Téxtil e Moda de Galicia, este año está siendo muy especial para esta diseñadora. No solo por su retorno a El Ego de Cibeles, durante la pasada Madrid Fashion Week donde presentó su tercera colección, o por la apertura de su tienda on line y de un punto físico de venta en Barcelona, sino porque también porque recientemente la Asociación de Jóvenes y Nuevos Diseñadores Españoles le concedió el Premio Nacional a la Excelencia Empresarial en Moda en la categoría de moda para mujer.

«Aún estoy que no me lo creo», apunta cuando se le pregunta por este último galardón. «Que te den un premio así me motiva para seguir adelante porque emprender está genial, pero es complicado», añade. En este punto, Amai Rodríguez destaca que salió de Cibeles con varios encargados, por lo que «estoy haciendo miniproducción. Lentamente, poco a poco, sin grandes cantidades».

Tras culminar los estudios de Esdemga, debuta en El Ego de Cibeles con su primer colección, que luego llevaría al concurso Its Fashion 7 de Trieste (Italia) y a la pasarela Modorra Trans de Bilbao. Entre abril y octubre de aquel 2008 trabaja como diseñadora para Zara Woman. Este período le sirvió cómo experiencia en una gran empresa: «Está muy bien saber como se mueve un gigante, conocer por dentro la maquinaria».

Luego vendría su segunda colección y su nuevo pase por Cibeles con la que obtendría el Premio L’Oréal París, y ya en el 2010 acude a la Galicia Fashion Week y se pueden contemplar sus diseños en la Fashion Freak de Madrid y Barcelona, donde está asentada en la actualidad. «Aquí aún hay muchísimos talleres, jóvenes emprendedores, asociaciones de artistas... Casi cualquier cosa es posible realizar aquí», al tiempo que tiene la sensación de que en la comunidad gallega falta algún tipo de plataforma que sirva para impulsar a creadores emergentes.

La ciudad condal es con Gaudí un exponente de la arquitectura surrealista, un movimiento artístico que impregna las creaciones de esta diseñadora. A fin de cuentas sus colecciones, como ella misma indica, «siempre giran en torno a un concepto y el surrealismo siempre me ha gustado como movimiento, el romanticismo también, pero si algo define la colección son los prints que he creado con mis propias ilustraciones a mano».

«Me gusta muchísimo la seda, sobre todo por la caída -indica cuando se le pregunta por los materiales con los que se siente más cómoda trabajando-, pero depende de lo que quieras transmitir. Me gusta la contraposición de texturas que es lo que consigo en esta colección... Jerséis de lana con faldas vaporosas tipo seda... Cada uno te ayuda a crear una sensación diferente». En todo caso, si hay algo que llama la atención es que se trata de diseños que parecen no entender de edades, ni de situaciones. «También me sorprendió. Yo los veía como muy casual y los estilismos los están llevando a bodas», reconoce entre risas.

En este punto, surge el debate: tienda física o virtual. Amai lo tiene claro. «Tener tienda on line es genial, pero poder ver al público cómo se prueba las prendas, cómo te hace preguntas o, incluso, te aconseja... El contacto con esta realidad no tiene precio», subraya. Mientras mira con decisión al futuro, un futuro en el que tiene claro que va a luchar por «seguir sacando mi marca. Sé que es muy difícil porque es un trabajo continuo, pero los sueños se pueden hacer realidad».


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