La Armada sigue controlando Tambo 15 años después del anuncio de que no era de interés militar
Poio
Continúa incluida en la zona de seguridad de la instalación de la Escuela Naval de Marín y bajo su supervisión
11 Sep 2017. Actualizado a las 05:00 h.
En septiembre del año 2002, el Ministerio de Defensa anunció la declaración de la isla de Tambo de «no interés militar». Comenzaba así la recuperación para uso civil de la isla enclavada en el corazón de la ría de Pontevedra y una serie de proyectos que pasaron por intentar incluirla dentro del Parque Nacional das Illas Atlánticas -hoy en día conformado por las islas Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada-.
Pero la opción de Tambo se frustró, al igual que convertirla en un parque natural, una segunda opción defendida por el Concello de Poio, municipio al que pertenece territorialmente.
Aunque se han programado desde entonces algunas visitas civiles a la isla, el control sigue siendo militar. Según ha confirmado la Escuela Naval Militar de Marín a La Voz de Galicia, quince años después y pese a los anuncios de que se traspasaría al ministerio de Medio Ambiente, la isla «mantiene su condición de bien de dominio público que se encuentra adscrito al Ministerio de Defensa (Armada). Continúa, en tal sentido -explican las mismas fuentes-, incluida en la zona de seguridad e la instalación militar de la Escuela Naval de Marín».
En la práctica supone que no es visitable salvo bajo autorización militar expresa y continúa afectada por «las prohibiciones, limitaciones y condiciones, así como al consiguiente régimen de autorizaciones derivado de la legislación de zonas e instalaciones de interés para la Defensa Nacional», especifican desde la Escuela Naval. La isla prolonga así una larga historia de cierre a los visitantes comunes.
En 1865 comienza a utilizarse la isla como lugar de cuarentena para los tránsitos a los puertos cercanos, sobre todo el de Marín por la importancia de su tráfico. Un uso que se mantendría hasta el año 1879. Diez años después comienza su vinculación militar, con una cesión para construir una penitenciaría militar que nunca llega a concluirse.
Un año más tarde, el político Montero Ríos aparece como propietario de la isla que pasa posteriormente a manos del Estado.
Paso a control directo de la Armada en 1943 bajo cuya supervisión continúa, pese a que hace ahora quince años se empezaron a dar los pasos para entregar su control a manos civiles.