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Pontevedra ciudad

Cartas al director

21 Feb 2023. Actualizado a las 05:00 h.

Somos súbditos de la Administración

Dado que no tengo Internet y tampoco se puede hacer de manera presencial (algo que me facilitaría mucho las cosas al residir en Pontevedra), no me quedó más remedio el jueves, día 16, que llamar al INSS para pedir una cita y ser atendido en la oficina que hay en mi ciudad. A la tercera, tras las pertinentes voces grabadas (no tengo tarifa plana y tuve que pagar por tres llamadas realizadas), una persona descolgó y me dio cita para... el día 16 de marzo. No voy a describir lo que sentí, porque cualquiera que haya pasado por lo mismo, se lo podrá imaginar perfectamente. No pretendo que me den cita de un día para otro pero, ¿un mes de espera? Se supone que las diferentes administraciones e instituciones públicas están para hacerles la vida más fácil a los ciudadanos pero, en el panorama actual, tengo la sensación de que ocurre todo lo contrario y veo barreras, trabas y complicaciones por todas partes, ya sea en Registro Civil, Hacienda, Centro de Salud, oficinas de la Xunta en Campolongo, etcétera. Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que, para la mayoría de las gestiones cotidianas de cualquier persona, uno iba a la oficina correspondiente y sabía que siempre iba a ser atendido por el personal, independientemente de que, en función del día y de la hora, tuviese que esperar más o menos; y lo más importante, uno podía valerse por sí mismo y no dependía de terceros. Ya son muchas las voces que dicen que las medidas actuales atentan contra los derechos de los ciudadanos, así que espero que, más pronto que tarde, los que gobiernan tomen nota y hagan que, de nuevo, las administraciones vuelvan a ser accesibles (ya sea vía telefónica, telemática... o presencial) para todos los ciudadanos, porque como muy bien apunta Ana María Moix en su libro Manifiesto personal: «Debería ser —y es— tarea de los políticos, elegidos en las urnas por los ciudadanos, velar por el buen funcionamiento de las instituciones que dirigen y, a su vez, por los intereses de los ciudadanos». Juan Ruibal Ordóñez. Pontevedra.

 ¿Cuál es la diferencia entre un sabio y un necio?

 Lo de vivir sin pensar en el futuro no es que sea una insensatez, sino que es directamente imposible. En todas las culturas y en toda la literatura, tanto profana como religiosa, se considera sensato al hombre previsor, al que piensa en el día de mañana. Necio, por el contrario, a quien no lo hace. Pensemos por ejemplo en la fábula de la cigarra y la hormiga. Periandro, uno de los siete sabios de Grecia, decía: «Sé previsor con todas las cosas». Por tanto no vale el simple «vivamos el ahora, que del después quien sabe qué será», que parece que tanto se lleva en la vida diaria y en la política.

Lo curioso es que mientras hablamos así, constantemente tomamos opciones de futuro: votamos en las elecciones, cotizamos a la Seguridad Social para asegurar una pensión, tenemos seguro de casa y automóvil, nos ponemos las vacunas de la gripe y del covid-19, controlamos nuestros niveles con análisis de sangre y hasta hacemos la compra de la semana. Esas son opciones de previsión de futuro. Y podríamos seguir enumerando muchas más cosas. Cada contrato: laboral, de alquiler, de prestación de servicios, habla de lo que vendrá. Una pareja habla de su futuro, y malo si no lo hace. Todos asumimos compromisos, temporales o de por vida, compromisos que hablan de futuro. Y cuando solo miramos el ahora mismo, y despreciamos las consecuencias futuras de nuestros actos, es cuando más «metemos la pata». Esa es la diferencia entre el sabio y el necio. El sabio mira más allá del momento, el necio se queda en el aquí y ahora. Y luego pasa lo que pasa. Claro que hay que vivir en el presente. Pero sabiendo que el presente es hijo de un pasado que ahí quedó y que nuestro presente lo vamos construyendo con la mirada puesta en el futuro. Así intentaremos contribuir a «construir un mundo mejor». Cambiando algo un dicho, que reconocerán los lectores: «Hay que preocuparse, pero sobre todo hay que ocuparse». Antonio Alaminos López.

Cómo participar

Por correo electrónico a cartasaldirector@lavoz.es o por correo postal a la siguiente dirección: Avenida da prensa, 84 y 85. Sabón, 15143 Arteixo (A Coruña).

Las cartas no deben exceder de 20 líneas y se identificarán con nombre, domicilio, DNI y teléfono del autor. La Voz de Galicia se reserva el derecho de extractar los textos. No se informará sobre las cartas recibidas.


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