Sanxenxo contra las termitas
Sanxenxo

Un equipo de especialistas confirma la urgencia de tratar las imágenes religiosas del templo antiguo para evitar que los insectos arruinen tallas y retablos centenarios
15 Jan 2016. Actualizado a las 05:00 h.
Un ejército invisible está poniendo en riesgo el futuro del patrimonio cultural del templo antiguo de Sanxenxo. Imágenes, retablos y hasta el propio techo de madera están expuestos a la incansable acción destructiva de carcoma y termitas. El problema es serio. El propio párroco, Samuel García, es consciente de lo difícil de la tarea y citó en el templo a un especialista en la lucha contra estos insectos y a un restaurador para recabar su opinión. Después de dos horas de inspección de los distintos altares y símbolos religiosos la conclusión quedó clara. Miguel Ángel Lorenzo, de la empresa Otraplasa, explicó que el examen del interior del templo delataba la presencia de insectos y que es necesario hacer un estudio para comprobar el estado de los distintos elementos del templo.
El párroco de Sanxenxo, Samuel García, escuchó atentamente las explicaciones de los especialistas con los que examinó uno a uno los distintos altares de la iglesia. El cura describe cómo descubrió la urgencia de la intervención ambiental por el daño irreparable que podría provocar en este patrimonio cultural sanxenxino si no se atajaba a tiempo la acción de los insectos.
Hace unos días estaban haciendo unas tareas de limpieza normales en la iglesia, cuando movieron la imagen de san José de sitio. Para su asombro, la imagen se deshizo ante sus ojos, de hecho, llegaron a pensar que habían hecho algo mal al moverla, pero no era así. No era un problema causado por los humanos, sino por la carcoma. «Queda un 20 o un 30 % de madera en esa imagen, el resto es serrín, tenemos que restaurarla», precisó.
San José es la imagen más dañada, pero no la única. Al sacerdote le inquieta el estado de conservación de uno de los retablos más viejos que se conserva en el templo, san Benito, que se venera en un altar a la entrada a mano derecha. Samuel García teme que la polilla y la carcoma también hayan campado por sus respetos en esta estructura secular de madera.
El trabajo de restauración de un templo de las características de San Ginés de Padriñán, que celebró el año pasado los cinco siglos desde su construcción, es enorme. Anteriores trabajos de restauración depararon más de una sorpresa y es que, cuando parece que ya se sabe todo lo imaginable sobre un templo como este, aparece lo imprevisto. El año pasado, por ejemplo, el historiador local José Manuel Abel, encontró restos quemados de un retablo pintado que se remonta al saqueo del pirata Drake de la ría en el siglo XVI.
Por su parte, Samuel García no oculta su satisfacción por haber recuperado la policromía original de la imagen de la Virgen del Rosario. Fue también por casualidad, cuando se dio cuenta de que debajo de una capa de pintura se preservaba la decoración original, que pudo quedar otra vez al descubierto en un estado de conservación casi perfecto.