Un banco con tres rías a sus pies

Entusiasmo. Esta es la reacción que transmite Fernando Martínez, O Pataqueiro, como quiere que se le llame, cuando se le pregunta por el banco de punta Faxilda, iniciativa de la que es uno de sus promotores. Un sencillo banco con espectaculares vistas a las islas, que marcan la entrada a tres rías, tiene revolucionado a medio Sanxenxo. Ni el jarro de agua fría que supuso el domingo el destrozo del asiento por los vándalos ha sido capaz de rebajar su entusiasmo. Ya está arreglado. «Tiña outro preparado para poñelo se non se podía reparar o outro», recalca. Y el banco de Faxilda no será el único. Tiene previsto colocar un segundo, en otro punto costero, en fechas próximas, tras el interés que despierta el primero.

¿Cómo surgió la idea? «Eu tiña ganas de facer algo bonito para dar a coñecer Noalla», relata. Un día, hablando con otro vecino, Manuel, apodado Puente, le retó. «Se traes a madeira, eu fago o banco». No tuvo que repetirlo. Al poco tiempo tenía la madera y se puso manos a la obra. Pronto estaba listo y pasó a la segunda fase: colocarlo.

En este proyecto quiso implicar a más gente. Fernando rechaza la sociedad «individualista», y tampoco le gusta que los jóvenes se pasen todo el día delante del móvil. «Aos demais fómolos implicando, tratando de que este proxecto fose algo común de todos, e así foi», detalla. Colocado el banco el día de Navidad -«foi o regalo de Papá Noel», incide una persona involucrada en el programa-, ocurrió algo que no esperaban. «Non contábamos con que tivera tanto éxito, nunca se falou tanto de Noalla». Y es que el impacto en redes sociales es considerable.

¿Por qué en Faxilda? «Porque é o sitio máis bonito do mundo», sostiene Fernando sin pestañear. Este entorno natural, de costa escarpada y batida por las olas impresiona a cualquier hora, especialmente en la puesta de sol. Al sur se divisan las Cíes, entrada a la ría de Vigo. Enfrente está Ons, boca de la ría de Pontevedra. Al norte, se remarca la silueta de Sálvora, guía de la ría de Arousa. Tres rías y tres archipiélagos a tiro de un gran angular fotográfico o del visor panorámico de un móvil. Es un punto estratégico.

Un coche llega hasta casi el lugar, pero el camino es de tierra con bastantes baches. Es igual de práctico, y solo se tarda quince minutos, aparcar en la PO-308 y subir a pie. Y ya sabe, según se acerque al rugido de las olas y se abra ante usted la visión del Atlántico, prepare la cámara y siéntese cómodo en un banco único sobre el privilegiado mirador de Noalla.