Un Sanxenxo tranquilo recibe a Juan Carlos I en una visita privada sin planes ni agenda
Sanxenxo
Un tímido saludo fue el único gesto del rey al entrar en la casa de Pedro Campos
19 Apr 2023. Actualizado a las 21:12 h.
«Vengo para que mi hija de cinco meses se haga una foto, como la que tengo yo cuando se inauguró el puerto deportivo», decía este miércoles una vecina de Sanxenxo a las puertas de la casa de Pedro Campos. Se posicionó junto a los más de cincuenta periodistas que aguardaban la llegada del rey emérito al que será su cuartel general hasta el próximo domingo. Esta mujer, a la que no le afectó el fuerte sol de la jornada en las Rías Baixas, tuvo que quedarse con las ganas de oír al monarca. Ella y la media docena de curiosos —alguno de ellos defendiendo la República— que acudieron al lugar de Nanín se tuvieron que conformar con verlo entrar acompañado de Pedro Campos al volante. Una sonrisa y un saludo con la mano fueron los únicos gestos que se pudieron ver antes de entrar en la casa de su amigo y anfitrión.
El resto de la tarde la dedicaron a descansar. El movimiento que hubo durante toda la mañana en este callejón sin salida en Nanín desapareció con la hora de la siesta. Los mariscos y pescados de la ría que horas antes había dejado la pescadería Piliña, del mercado de Portonovo, sirvieron para dar la bienvenida a Sanxenxo a Juan Carlos I, que llega a Galicia sin agenda.
Lo único que siguió el guion fue que Pedro Campos fue el encargado de recibirlo en el aeropuerto. A las once y cuarto de la mañana, salía de casa con su mujer, Cristina Franze, en dirección al aeropuerto de Vigo. Apenas una hora más tarde, ella regresaba en el mismo coche para acabar de preparar la recepción de una visita privada que no está sujeta a ningún plan, salvo que el día 22 se subirá al Bribón para competir en la segunda regata de la Liga Española de la clase 6 metros.
Con más expectación mediática que vecinal, el rey emérito llegó en un Mercedes conducido por Pedro Campos cuando el reloj marcaba las dos y media de la tarde. Un tiempo después entraron varios amigos en coches a la vivienda. Fue el último movimiento que hubo en el cuartel general donde se alojará Juan Carlos I hasta el domingo.
Si algo caracteriza este primer día es la discreción, casi podría decirse secretismo, que lo rodea. Y este hermetismo, frente a la difusión de su agenda en la estancia de mayo, tiene su repercusión en la calle. Ante el Club Náutico de Sanxenxo, en el puerto deportivo, así como frente a la casa de Nanín, durante toda la jornada ha habido más periodistas que curiosos.
El alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín (PP), que ha profesado en numerosas ocasiones su gratitud al emérito por la publicidad «impagable» que sus visitas le aportan a la capital turística de las Rías Baixas, se esmeró en evitar las respuestas a las preguntas de la prensa. «Sanxenxo triunfa pola súa discreción coas persoas que veñen aquí a navegar, que téñolle que dicir? Que non veña? Eu lle teño que dicir que encantado de que veña», aseguró.
Con este esquema de discreción absoluta, la mañana empezó sin sobresaltos en una villa donde la tranquilidad la rompían más las cámaras de televisión que los defensores y detractores del monarca emérito. Es cierto que la entrada del vial de acceso a la casa de Pedro Campos se valló, pero la Policía Local lo hizo avanzada ya la mañana. Cuando el deportista y su mujer salieron a buscarlo lo hicieron con las ventanillas subidas y sin parar ante la prensa congregada. En el puerto deportivo, mientras tanto, la espera siguió con la prensa montando guardia todo el día ante el Náutico. La rutina solo la rompió un grupo de arroaces entre los veleros.
Visitas más frecuentes
El alojamiento de Juan Carlos I en Nanín destaca por las vistas excelentes sobre la ría de Pontevedra, un entorno que el alcalde definió esta semana como «a mellor ría do mundo para navegar»
Y es precisamente la regata de la Copa de España, que organiza el Náutico y que se disputa este fin de semana, la excusa perfecta para la estancia de Juan Carlos I en Galicia. Fue en Sanxenxo donde se reencontró con la vela cuando pudo volver a ponerse al timón de un barco tras varias operaciones.
En el puerto deportivo, el Bribón, el velero que capitaneará este fin de semana, está listo y en el agua. La Guardia Civil patrulla la zona ante la esperada (pero sin fecha ni hora) visita del exmonarca. Se espera que el tiempo lo respete y pueda salir a navegar el próximo sábado.
Juan Carlos I conoce muy bien la ría pontevedresa y, con su tripulación, de la que también forma parte Campos, aspira a recoger el trofeo el domingo. Todo parece indicar que no será la última vez que se le vea este año. Fuentes de su entorno señalaron que tiene la intención de regresar con frecuencia, quizás hasta agosto. Por regatas que no sea. Hay una cada mes hasta noviembre.