Viajar en el tiempo con realidad virtual: esta una de las empresas gallegas que lo hace posible
RED
Desde XOIA Extending Reality hacen realidad experiencias inmersivas para museos o exposiciones donde el visitante puede interactuar con elementos virtuales
09 Nov 2022. Actualizado a las 09:06 h.
Hace poco más de un año Marc Zuckerberg dio un cuestionado giro de volante a su compañía, hasta entonces Facebook, para introducirnos un concepto que cada vez nos acompaña más, el metaverso. Ese lugar virtual al que accedemos poniendo unas gafas VR (de realidad virtual) y que el director de Meta señaló como el futuro de las relaciones sociales y comerciales. Por muy lejano que pueda parecer, ya es posible acceder a ese universo y sus aplicaciones van más allá que las que mencionamos, en Galicia, por ejemplo, ya podemos visitar museos o vivir experiencias inmersivas en exposiciones con esta tecnología.
La empresa coruñesa XOIA Extending Reality desarrolla experiencias de realidad extendida, es decir, con sistemas de realidad aumentada o virtual, que hacen de la tradicional visita a una exposición toda una aventura en la que el visitante puede formar parte e interactuar en los entornos virtuales que se le presentan. Con la idea de que la realidad aumentada revolucionaría el mundo y el ansia de emprender, la compañía liderada por Xoel Vázquez en seguida destacó. «En el 2014 fuimos aclamados como la mejor idea presentada en el 3DStartUp Vigo, un concurso de Silicon Valley que realizaba su primera edición en Europa, nuestra idea era TimeTrip Experience, que se basaba en musealizar yacimientos arqueológicos a través de realidad aumentada. Se trataba de una idea que unía dos cosas: la tecnología que en ese momento sabíamos que iba a ser una revolución y la necesidad clara que habíamos detectado en el sector turístico, cultural y patrimonial», explica Clara Cea, diseñadora jefa.
Un ejemplo fue la pieza «Os adeuses», que se presentó en el marco de la exposición Galicia, un relato do mundo, en el Museo Gaiás. Utilizando unas gafas de realidad virtual el visitante se convertía en un emigrante gallego de camino a América. «De esta forma se rompe el espacio tiempo y los visitantes pueden convertirse en protagonistas de la historia», explica Cea. Y no era solo contemplar el paisaje, una vez dentro de ese universo virtual se puede interactuar sin utilizar mandos, solo necesitas las manos, siendo la experiencia lo más realista posible.
Para realizar piezas como esta desde XOIA siguen cinco fases: análisis, diseño, desarrollo, QA e implementación. «En paralelo, todos nuestros proyectos culturales siguen un riguroso proceso en el que la investigación histórica es fundamental, con un equipo de virtualización del patrimonio que se encarga de llevar a cabo una fase de documentación a través de la cual se generan las hipótesis reconstructivas en las que se basarán las virtualizaciones 3D», resume Cea. Además, forman a los encargados de gestionar la experiencia en el espacio museístico para asegurarse que los visitantes pueden disfrutar al 100 % de la experiencia.
Viajar en el tiempo, ya es posible, lo que abre las puertas a una forma de turismo. Dentro de unos años, probablemente cuando visites Roma ya no tendrás que echarle demasiada imaginación para sentir lo que era pasear por los fotos, ya que gracias a la denominada arqueología virtual, es posible devolver a la vida monumentos, espacios y elementos históricos para entender el patrimonio y su pasado de manera visual. Y no siempre necesitarás ponerte unas gafas para eso, ya que, como hicieron en XOIA, con un QR y un smartphone se puede desplegar en la pantalla la recreación, e interactuar con ella simplemente moviéndote con el dispositivo. «La demanda por parte de las instituciones culturales es alta», explican desde la empresa, también para concellos. «En Pontedeume, Monforte o Naraío ya cuentan con rutas patrimoniales de realidad aumentada. Algunas se utilizan como actividad complementaria en centros educativos», apuntan.
Democratizar el acceso a la cultura
Siempre que hay un salto tecnológico, surgen las dudas. Y habrá quien piense que los museos deben ser espacios intocables y que las experiencias inmersivas pertenecen a otros lugares. Lo cierto es que a pesar de que los museos nacieron con el objetivo de acercar las obras guardadas por reinos, estados y poderosos a la ciudadanía, su acceso aún tienen barreras para muchos. En primer lugar, porque para ir a estas instituciones hay que desplazarse hasta ellas, y en muchos casos, no se puede. Empleando gafas de VR, con diseño del Museo de Belas Artes da Coruña y de la mano de la Asociación Amigos del Museo de Bellas Artes, con el desarrollo de XOIA lograron que más de 200 personas en riesgo de exclusión social y/o diversidad funcional que, a causa del covid no pudieron disfrutar de los museos, vivieran la experiencia de cómo es el camino de una obra desde que llega al edificio hasta que se expone.
Por otra parte, no siempre es factible hacer viajes para ver obras que nos interesan, por ello ya hay instituciones como el Museo Thyssen-Bornemisza que tienen disponibles visitas virtuales. De esta forma, para ver de cerca cuadros de Georgia O Keeffe o Magritte solo necesitamos un ordenador, un dispositivo móvil o, para vivir la experiencia más inmersiva, unas gafas de VR. Un aparato que gracias a la industria del videojuego, pionera en realidades inmersivas, es cada vez más habitual y accesible. Además, empresas como Meta están haciendo una clara apuesta por normalizarlos con precios asequibles. Sin embargo, desde Clara Cea apunta que las que serán más habituales en los hogares tendrán un carácter mixto, es decir, permitirán ver objetos virtuales encima de los reales.
En otros casos como el del MUV, museo virtual de la fundación María José Jove, utilizar estos dispositivos es obligatorio, ya que este pionero espacio solo existe en el mundo virtual. Es el primer museo exclusivamente virtual de España, ha sido diseñado por los arquitectos Creus e Carrasco y se ubica en un lugar imaginario de Galicia junto al mar y cuenta con programación de exposiciones y actividades. Y es que la idea de Zuckerberg de que pasemos un pedacito de vida en el metaverso, igual no está tan lejos.