Inteligencia artificial y alta tecnología para dar una nueva vida a nuestros dispositivos electrónicos
RED
La digitalización se implanta con fuerza en el sector ambiental. Entradas y salidas de residuos, cámaras que aprenden los procesos que realizan los trabajadores o nuevas comunicaciones con los clientes: así cobran una nueva vida los ordenadores o móviles
10 Jan 2023. Actualizado a las 09:14 h.
¿Qué tiene que ver la digitalización con el tratamiento de residuos? Pues mucho más de lo que parece. ¿En qué ayuda su gestión inteligente a mejorar el planeta? Pues a procesar los desechos más y mejor. Esta es la línea de trabajo que tiene clara Revertia, una de las empresas más innovadoras de Galicia. Esta compañía pontevedresa recupera y recicla aparatos electrónicos desde el año 2010. Ellos son pura economía circular y gestión sostenible. Desde móviles a lavadoras, todo tipo de aparatos llegan a su planta para tener, en la medida de lo posible, una nueva vida. Es el camino de residuo a recurso de dispositivos que ya no son válidos para sus empresas de origen.
«Desde que nos constituimos, tuvimos claro que la innovación y el desarrollo tecnológico tenían que ser pilares de nuestra estrategia empresarial», asegura Alejo Calatayud, responsable de Desarrollo de Negocio y Comunicación de Revertia. Lo dice porque la compañía ha invertido muchos recursos en la digitalización de sus procesos de trabajo. Cuentan, por ejemplo, con soluciones de mercado que le dan soporte a sus procesos de empresa. Entre ellos, un software de gestión inteligente que genera las entradas y salidas de residuos desarrollando toda la documentación ambiental. También tienen un software de ecommerce para la comercialización online de todos los equipos: monitores, terminales, en definitiva, reacondicionados. Y es que Revertia busca darle una segunda vida a todo residuo electrónico que llega a sus instalaciones. Todo lo gestionan desde sus centros en Pontevedra y Madrid, desde los que desarrollan todo el proceso, desde la recogida del aparato hasta su venta.
Hace muy poco Revertia ponía a punto «un aplicativo propio de gestión de almacén». Se llama Flexigo. «Nos permite llevar un control de todos los procesos de tratamiento, desde la entrada de los residuos hasta su salida como productos finales». Con esta aplicación obtienen el detalle tanto de las entradas como de las salidas del material. «Se obtienen datos del estado de cada uno de los equipos tratados donde se describe su situación: equipo sin iniciar tratamiento, limpieza del equipo, borrado de datos, producto terminado o reacondicionado o incluso despiezado», explica Calatayud. Con esa información, Revertia puede generar informes generales o específicos para cada uno de sus clientes y, «además, puede incluirse o conectarse a otras aplicaciones externas». Se refiere a Power Bi. Otra de las patas de la digitalización de esta empresa gallega.
Power Bi
«Tener acceso a los datos ya no es suficiente, sino que además es fundamental analizarlos y crear visualizaciones que fomenten su entendimiento. Power Bi nos permite unir diferentes fuentes de datos, analizarlos y presentar un análisis de estos a través de informes y paneles».
Portal del cliente
Mejorar la digitalización de las comunicaciones con sus clientes ha sido otro de los retos y una de las mejoras que acaban de implantar. «Se trata de tener acceso en tiempo real a toda la información y documentación relacionada con el cliente en la gestión de sus residuos».
Ciclo de vida
Entre las herramientas más innovadoras con las que cuenta Revertia está ACV -Análisis de Ciclo de Vida-. De este modo, caracterizan y cuantifican los impactos ambientales positivos que tiene sus procesos de gestión de residuos. Lo que hacen es aportar indicadores ambientales a sus clientes. «Analizamos hasta dieciséis categorías». Con su actuación, evitaron en el 2021 el equivalente a la emisión a la atmósfera de 968 toneladas de dióxido de carbono, lo que suponen 4.773.204 kilómetros recorridos por un vehículo, y al consumo energético de 1.065 hogares durante un año.
Inteligencia Artificial
La Inteligencia Artificial, tan presente ya en los transportes, la salud o la comunicación, está también en el procesamiento de residuos. En Revertia están comenzando un proyecto que va a aplicar esta tecnología en los procesos de desmontaje de aparatos eléctricos y electrónicos. «El reto es que consigamos adaptar la IA al reconocimiento de objetos en el proceso de tratamiento de los RAEE -residuos de aparatos eléctricos y electrónicos- y con ello incrementar los porcentajes de reutilización y reciclado y facilitar la transición hacia una economía circular más eficiente. Y para ello ponen un ejemplo: desde cámaras que van a actuar como ojos y que van a aprender de los procesos de reacondicionamiento a través de estudiar lo que hacen los operarios, hasta el brazo mecánico, que sería el robot, que en base a lo aprendido, ayudaría a los trabajadores en los procesos de desembalaje y reacondicionamiento de equipos.
El escenario
El sector ambiental sabe ya que no puede estar al margen de la aplicación de la alta tecnología para mejorar. Y es que en la economía tradicional los productos se fabrican con el fin de ser usados y tirados, sin tener en cuenta su impacto ambiental. El sistema, fundamentado en la extracción, producción, consumo y desecho, es en gran medida responsable del cambio climático y del agotamiento de los recursos. Frente a este modelo, la economía circular se presenta como una alternativa donde los flujos de materiales se mantienen en circulación el mayor tiempo posible.
Las políticas de la UE han arrastrado a España a tomar medidas y han entrado en vigor nuevas normativas que impulsan la digitalización y la trazabilidad de datos en toda la cadena de valor de los residuos.
Los beneficios para el sector ambiental están más que probados. «El uso de las tecnologías digitales proporciona mejores herramientas que favorecen el manejo adecuado de residuos y ofrecen nuevas oportunidades tales como el ahorro de los costes de gestión, eficiencia, y la optimización de los procesos», apuntan desde Revertia. Además, a esto hay que sumarle una mayor toma de decisiones automatizada, mejorar los flujos de información entre los distintos actores de la cadena de valor del residuo, aumentar la productividad de las empresas, o incluso minimizar el uso de papel y de transporte, por ejemplo con el almacenaje de la documentación en la nube o el uso de la firma digital, entre otros.