Kim Dotcom, el fundador de Megaupload, estaba armado, era peligroso y amenazaba con matar, según la policía
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La policía de Nueva Zelanda justifica el gran dispositivo desplegado para detener al informático alemán
08 Aug 2012. Actualizado a las 10:38 h.
La policía de Nueva Zelanda justificó el gran dispositivo desplegado el pasado enero durante el asalto a la mansión del fundador de Megaupload, Kim Dotcom, en que el informático alemán estaba armado, era peligroso y amenazaba con matar, los medios locales.
Esta información trascendió en la vista de tres días que se celebra en los juzgados de Auckland y que termina mañana.
El abogado de Kim Dotcom, Paul Davison, interrogó al sargento que lideró el operativo con el fin de aclarar el uso de tácticas antiterroristas durante el asalto al domicilio del magnate alemán.
Un cuestionario rellenado por el sargento que lideró el asalto, cuyo nombre no ha trascendido a los medios por seguridad, marca la casilla «sí» junto a las preguntas sobre si Dotcom estaba armado, tenía un historial violento, mostraba signos de violencia y emitía amenazas de muerte.
Entre los elementos agravantes aportados por la policía figuran una fotografía de Kim Dotcom empuñando una escopeta, la pericia de su guardaespaldas y la preocupación por la destrucción de pruebas.
«Patadas y puñetazos»
La riqueza del magnate alemán también fue considerada un elemento de riesgo, ya que podía comprar armas de fuego, según la policía.
El fundador de Megaupload declaró ayer ante el tribunal que la policía se extralimitó en el uso de la violencia durante su detención al propinarle «patadas y puñetazos».
Dotcom fue detenido el pasado enero en su mansión de las afueras de la ciudad de Auckland, en el marco de una operación policial impulsada por Estados Unidos, que incluyó el cierre del portal Megaupload y por la que está pendiente una orden de extradición de Estados Unidos, que lo acusa de piratería informática y lavado de dinero.
Las autoridades estadounidenses atribuyen a Megaupload haber causado más de 500 millones de dólares (408 millones de euros) en pérdidas a la industria del cine y de la música al transgredir los derechos de autor y obtener con ello unos beneficios de 175 millones de dólares (142 millones de euros).