Kim Dotcom evita ir a la cárcel en Nueva Zelanda
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El informático es requerido por Estados Unidos por supuestos delitos contra los derechos de autor
01 Dec 2014. Actualizado a las 08:42 h.
El informático alemán Kim Dotcom, requerido por Estados Unidos por supuestos delitos contra los derechos de autor, evitó hoy su ingreso en prisión en Nueva Zelanda, pese a la imposición de nuevas condiciones a su libertad provisional.
«El tribunal falla que soy libre de regresar a casa. La justicia está viva en Auckland. No se si en Wellington», escribió Dotcom en su cuenta de Twitter tras el tercer día de la audiencia en la que EE.UU. buscaba su encarcelamiento o su vigilancia electrónica.
El Estado neozelandés, que representa a EE.UU., acusó Dotcom de haber tenido contacto indirecto con uno de sus acusadores y de ser deshonesto sobre el estado de sus cuentas tras haber intentado vender uno de sus Rolls Royce en Londres, además de alegar peligro de fuga.
Dotcom admitió que desde que se le concedió la libertad condicional en febrero de 2011 ha ganado unos 32 millones de dólares (25 millones de euros), principalmente por las ventas de las acciones de sus nuevas empresas Baboom y Mega NZ.
El juez Nevin Dawson rechazó las demandas de prisión y vigilancia electrónica tras dictaminar que no hay pruebas suficientes de que el informático alemán haya escondido dinero.
Al mismo tiempo el juez prohibió los viajes individuales por mar o aire a Kim Dotcom, al que obliga a presentarse dos veces por semana ante la policía, según informó el portal «Stuff».
Dotcom fue detenido en 2012 en un operativo orquestado por el FBI contra la piratería informática en el que se cerró Megaupload, se confiscaron sus bienes, se congelaron sus cuentas y fueron detenidos otros ejecutivos del portal en Nueva Zelanda y Europa.
Después se abrió un complicado proceso legal para su extradición que tiene ramificaciones respecto a la obtención y acceso a las evidencias, el operativo o los bienes confiscados.
A Megaupload se le atribuye haber causado más de 500 millones de dólares en pérdidas a la industria del cine y de la música al transgredir los derechos de autor de compañías y obtener con ello unos beneficios de 175 millones de dólares