La Voz de Galicia

Los agujeros de la tecnología

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Michael Mcloughlin madrid / colpisa

Ordenadores y teléfonos móviles están expuestos a amenazas de seguridad que pueden ser neutralizadas fácilmente

22 May 2017. Actualizado a las 05:00 h.

Hace apenas diez días, un ataque de ramsomware estalló en medio mundo e impactó en más de 150 países. En España, los costes derivados de este software malicioso se elevan hasta cinco millones de euros, una cifra no excesivamente disparatada teniendo en cuenta que los responsables de Wannacry consiguieron hacer blanco en Telefónica. Da igual que el usuario sea una multinacional, un autónomo o un universitario en prácticas. La vía de contagio es la misma: un dispositivo conectado a Internet, ya sea un ordenador, un portátil, un móvil o una tableta.

Son especialmente vulnerables aquellos que disponen de una de las versiones más antiguas de Windows, como XP, que ya no cuentan con actualizaciones tan habituales como otras plataformas más recientes de Microsoft. Si el usuario dispone de un equipo con Windows 8 o un Windows 10 e instaló la actualización de seguridad que lanzó la compañía en marzo, no tiene nada que temer contra esta amenaza. Poner en marcha un antivirus y mantenerse al día con las actualizaciones es uno de los consejos que dan los expertos para proteger el ordenador, ya que estas pueden incluir importantes parches para tapar agujeros de seguridad.

En el móvil ocurre tres cuartas partes de lo mismo. Cada vez que hay una actualización en iOS o Android es importante llevarla a cabo, advierten los expertos, a pesar de que esto puede restar fluidez al aparato. Lo mejor es esperar a versiones estables y no recurrir a betas o softwares de desarrolladores para evitar estos problemas.

Otro de los aspectos que se deben evitar, sobre todo si no se tiene el conocimiento, es rootear el móvil. Esta acción, que se hace para conseguir más libertad y utilizar programas no disponibles en las tiendas de aplicaciones, abre nuevas puertas a vulnerabilidades. Internet gratis es otro de los grandes peligros. Conectarse a una wifi pública no segura hace que sea relativamente sencillo acceder a información de nuestro dispositivo y secuestrarla a través de una red que no tiene todas las medidas de seguridad.

Sin embargo, hay un elemento clave a la hora de protegernos: el sentido común. Si se recibe un mail de una plataforma que nunca se ha utilizado, hay que desconfiar de pinchar en el enlace o descargar un adjunto. Tampoco hay que fiarse de ventanas aparecidas por arte de magia que alertan de que el equipo ha sido infectado por un virus. Muchos usuarios, al ver que el aviso está personalizado con el nombre de su dispositivo, confían en ese mensaje cuando es relativamente fácil conocer ese dato.


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