La empresa que le da una segunda vida a tu móvil

Cada vez más vivimos rodeados de aparatos electrónicos que nos acompañan en cada tarea y cada vez más son las máquinas que se acumulan como desechos, por estar estropeadas, viejas o porque simplemente apareció un modelo mejor con el que substituirlo. Pero ese no tiene que ser el destino de ordenadores, o lavadoras. Se pueden reacondicionar, es decir, arreglarlos y hacer que vuelvan a estar como nuevos, o incluso reciclar sus componentes. De esto se encargan empresas como la gallega Revertia. Con el enfoque puesto en la economía circular y la gestión sostenible de residuos se encargan de recoger a empresas aparatos electrónicos o electrodomésticos. Con la filosofía de que «hay que abandonar la idea de residuo y sustituirla por recurso» llevan más de diez años apostando por dar una segunda vida a miles de aparatos, tomando como ejemplo el norte de Europa, donde de hace tiempo que es tendencia invertir en tecnología de segunda mano, tanto por motivos económicos como por reducir el impacto ambiental que supone la fabricación de cero de los productos. Cuentan con dos centros, uno en Porriño y otro en Madrid desde los que gestionan todo el proceso, desde la recogida del aparato hasta su venta.

A través de esta empresa a se gestionaron casi 400 toneladas de RAEE en 2021, aumentando los porcentajes de reutilización (especialmente en la categoría de informática y telecomunicaciones). Con su actuación, evitaron en el 2021 el equivalente a la emisión a la atmósfera de 968 toneladas de dióxido de carbono, lo que suponen  4.773.204 kilómetros recorridos por un vehículo, y al consumo energético de 1.065 hogares durante un año. La importancia de la sostenibilidad también es un valor añadido para sus clientes, que pueden participar en labores de voluntariado ambiental, entre otros proyectos de responsabilidad social.

Apuesta por la digitalización

Mucha de la tecnología que usamos diariamente tiende a ser un gran almacén de datos, nuestros contactos, imágenes, documentos de trabajo… En Revertia también se aseguran de que todos estos datos queden eliminados cuando el aparato entra en su círculo de reutilización y reciclado. Después, una vez que la máquina está limpia y reparada está disponible en re-boots.com , donde cualquier persona o empresa puede acceder a la compra de productos tecnológicos reacondicionados, como ordenadores, portátiles, tablets, monitores, teléfonos móviles, televisores, relojes o proyectores. En la propia página se indican las características técnicas de cada aparato, opiniones y fotografías. Los productos reacondicionados por Revertia tienen garantía de un año. Una forma de compra que está de moda, ya que desde la compañía aseguran que «cada vez hay menos miedo a adquirir equipos reacondicionados, es un sector al alza, varios motivos por económico de conciencia ambiental». Además, en un momento donde la crisis de suministros afecta directamente la la compra de estos productos, en ocasiones hasta es una vía más rápida para hacernos con el producto.

Lo mismo sucede con los denominados “grandes aparatos electrodomésticos” (GAE), como lavadoras, lavavajillas,secadoras y frigoríficos, la nueva apuesta de la empresa. Desde el primer momento, todas las fases de los procesos se encuentran digitalizadas, asegurando la total trazabilidad de cada aparato en reparación, así como la descripción de las averías detectadas y de las soluciones adoptadas (cambio de piezas, tiempos de trabajo). Esto también permite un conocimiento exacto de los costes de producción de estos aparatos reacondicionados. «Todo lo que es innovación es clave en este sector de reciclaje, para que sea más profesional. En nuestro caso participamos en proyectos europeos y estamos a la vanguardia de mejora de procesos como el borrado de datos, el cálculo del ciclo de vida de nuestros aparatos o los indicadores de sostenibilidad», explica Alejo Calatayud, encargado de la parte de desarrollo de negocio y comunicación de la empresa. Y es que si antes los recursos se obtenían en minas de minerales, ahora es en las llamadas minas urbanas, donde se acumulan los aparatos que damos perdidos, los lugares en los que podemos aprovechar lo ya fabricado y hacer un consumo más responsable de los pequeños y grandes electrodomésticos, desde nuestro portátil hasta el microondas.