Un alumno del Rosalía de Castrogana el certamen nacional de investigadores
Santiago
06 Oct 2009. Actualizado a las 02:00 h.
Los genios no surgen de la noche a la mañana. Seguramente los inventores se pasaron su infancia probando nuevas técnicas, fallando y volviendo a intentarlo. Miguel Mas Serrano lo consiguió pronto. Ahora alumno de primero de Medicina, y hasta hace poco del bachillerato internacional del instituto Rosalía de Castro, acaba de regresar de Málaga con un flamante primer premio debajo del brazo, al mejor trabajo en el área de tecnología dentro del Congreso Nacional de Jóvenes Investigadores.
La culpa de este galardón, dotado con cinco mil euros, la tiene una nuez. Cuando en segundo de bachillerato este alumno se enfrentó a la decisión de elegir un invento para este congreso, barajó varias ideas, pero el trabajo de su tía en Italia, en un proyecto de comercio justo, le ayudó a despejar dudas. «Conocía que en otros países se empezaba a hablar del uso de esta nuez como jabón», explica.
La sapindus mukorossi es una nuez de un árbol procedente de Nepal e India, en donde desde tiempos remotos se utilizó este fruto como detergente. Se trata de una alternativa ecológica a los jabones habituales, que son los responsables de parte de la contaminación ejercida por las aguas residuales.
Miguel tenía un propósito, comprobar si las teorías que aparecían en Internet eran falsas, o respaldar el uso de este producto, algo que le pareció muy provechoso por dos motivos, «porque se trataría de una nueva oportunidad de ser más ecológicos, y por un motivo solidario con las regiones de las que es originaria el árbol».
A partir de la idea primitiva comenzó a desarrollarse todo un proyecto que incluyó prácticas en el laboratorio para demostrar el funcionamiento de las nueces o su nivel de contaminación. El primero fue positivo, y el segundo también, porque con este sistema no se utilizan compuestos para elevar el ph . Además, económicamente incluso podría competir con los detergentes de precios más bajos. El invento de Miguel fue seleccionado entre 225 trabajos para participar en el congreso de jóvenes investigadores que se celebró en Málaga entre los días 27 de septiembre y 2 de octubre, y que fue inaugurado por la ministra de Igualdad, Bibiana Aído.
La presentación del proyecto de Miguel no decepcionó, hasta el punto de que se llevó el primer premio en su categoría. «Antes estaba nervioso, pero cuando llegué allí todo fue mejor porque la gente fue muy amable». El jurado alabó la estructura del proyecto, el haberlo desarrollado de un modo claro, e incluso la novedad de la temática. Aunque modesto, la profesora del instituto Rosalía de Castro y coordinadora de este proyecto, Carmen Touza, reconoce que Miguel lo hizo «francamente bien». Pese a que traerse un galardón a casa es un aliciente más, Miguel asegura que «solo la experiencia ya fue muy interesante, porque aprendes a hablar en público, conoces a otra gente y además ves otros proyectos». De hecho, le encantaron los que presentaron algunos de los participantes en el certamen, como el de su compañero de habitación, «que logró hacer material plástico a partir de hojas secas».
A este joven compostelano le queda ahora una larga carrera de Medicina por delante, pero no descarta la investigación en este campo. «Por ahora esta ha sido solo mi primera experiencia científica, y la sensación es de mucha satisfacción viendo que las cosas salen. Pero todavía hay que ver como se desarrolla la carrera», concluye.