La Voz de Galicia

Xacobeo por un Camino raro

Santiago

Xosé M. Cambeiro

Ni Madrid ni San Caetano han estado a la altura de lo que reclaman los compostelanos para engrandecer el año santo

31 Jan 2010. Actualizado a las 02:00 h.

El clamor popular avivó el seso de los componentes de la Consellería de Cultura, que se aprestaron a incluir el Camino de Santiago en la promoción oficial del Xacobeo. Desnudo de simbologías de referencia, el año santo empezó a caminar lejos de Pedrafita y de los Pirineos entre codazos de individuos deseosos de que le descifrasen el intríngulis de «Agora é cando, Galicia é onde». Fuera de España pocos deambulan con un mapa o un atlas para localizar la comunidad gallega, si no la confunden con una mujer, y los que realmente tienen idea se van directos al área geográfica de Polonia.

Pues ya está el Camino como apéndice del slogan. El conselleiro de Cultura ha decidido enmendar la omisión. Y ha hecho una corrección esencial, puesto que en plena presidencia española de la Unión Europea, el Camino tiene un significado trascendente, ya que es el único elemento que simboliza la unión de Europa.

El problema es que tampoco se ha apercibido de ello el propio Gobierno central, que estará este año al frente de los destinos de la Unión Europea. Tiene en su propia casa una de las claves emblemáticas de la unidad del continente, y le ha dado la espalda.

Madrid ha delegado su apoyo al Xacobeo en los incentivos fiscales a las comunidades por las que discurre el Camino y cerró el grifo. Sin forzarlo, por si acaso. La Unión Europea, una oportunidad histórica, pasará casi de de puntillas por Galicia y Santiago, cuando el año santo es el principal acontecimiento del 2010. Y ya se ve que está reflejado en los desvelos de la corte. Para mayor lacrimeo, un consejo de ministros de Cultura que estaba previsto en Galicia se va a Barcelona por equilibrio territorial. El incuestionable argumento del 2010 quedó hecho trizas con la broma de mal gusto de la ministra González Sinde, que ha tenido muy en cuenta en su «equilibrada» intervención que de los 470 actos que se celebran con motivo de la presidencia europea, nada menos que cuatro o cinco recaerán en la cuna del Xacobeo, que no de la Expo o de las Olimpiadas.

Además, hay otro detalle que no le pasa desapercibido a la parroquia, y es que las palabras Xacobeo y año santo no salen de ninguna boca gubernamental, salvo la de Sinde. Teniendo a Europa por montera, muchos agradecerían una mención publicitaria, como de pasada, de los fastos jubilares. Este asunto alterna el campo de juego de la polémica jacobea entre Santiago y Madrid, y las bofetadas dialécticas se reparten en el escenario local. La actitud de la Xunta continúa centrando la preocupación de la ciudad y de los colectivos compostelanos, que siguen pregonando que el año santo es compostelano. Sus resplandores emergieron del monte Libredón, que como todo el mundo sabe es una cordillera que se extiende entre A Coruña y Vigo y casi roza Santiago.

El conselleiro de Cultura, dicen que por ignorancia fehaciente, entró como un elefante en una cacharrería de manos del gerente xacobeo Ignacio Santos y logró levantar en armas a toda la «compostelaneidad». El deseo general es que el hacha de guerra se vaya enterrando paulatinamente en las comisiones Xunta-Concello, que ya debieron marcar el Camino desde el principio. Ahora el objetivo es difuminar la polémica, que San Caetano recapacite, que el Xacobeo sea grande, y ese horizonte acaba de aunar sin precedentes las voluntades municipales.

Recordando viejos tiempos, en la carrera por moderar los impulsos de la Xunta y acercar a Raxoi y San Caetano, el portavoz popular se adelantó al alcalde. Como esprintaba Dositeo Rodríguez por los despachos autonómicos para anticiparse a Sánchez Bugallo. En el foro de Fitur, Roberto Varela y Conde Roa charlaron amigablemente sobre el Xacobeo. El conselleiro, parece claro, no ha respetado el principio institucional de la negociación interadministrativa entre responsables ejecutivos.


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