La cantante coruñesa Silvia Penide cierra hoy, a las 21.30 horas, en el Salón Teatro, la segunda entrega del programa de recitales promocionales ST Música Presente , organizado por la Axencia Galega das Industrias Culturais (Agadic). Y lo hace con un concierto-presentación de su nuevo trabajo discográfico, Las erres dobles , su cuarto álbum de estudio basado en la «sinceridad y en la sutil combinación de sonoridades y ritmos». La actuación incluye la proyección en el interior y el exterior del teatro de los vídeos realizados por Olaia Sendón.
-¿Qué siente la cantautora cuando desnuda ante el público, por vez primera, las emociones de sus últimas canciones?
-Lo que siento es la energía que se crea en el auditorio. Se nota muchísimo si estás funcionando o no. Hay conciertos regulares o malos, y eso depende de la energía que se genere con el público. Ser cantante es como ser equilibrista.
-Pero menos peligroso, y en ese caso un campo de exploración para Iker Jiménez.
-Yo tengo como un sexto sentido arácnido, quizás por eso me dedico a escribir.
-¿Y qué tejió primero, letras o músicas?
-Primero empecé escribiendo, y comprobé que mi música llegaba a la gente, que había algo distinto, una sensación que me daba miedo y me encantaba al mismo tiempo. Y a partir de ahí ya no lo dejé.
-Tiene mucho mérito teniendo en cuenta, además, que nació en Meicende y no en la ciudad de cristal.
-Sí, es un sitio pequeñito, pero al final todo depende de cómo te plantees las cosas, de lo rápido que quieras ir. Yo siento que estoy empezando.
-Su último trabajo es autoeditado. Usted se lo guisa y, esperemos, usted no se lo coma. ¿Por qué dio este paso?
-Sí. Hasta aquí yo trabajaba con Falcatruada, pero este trabajo en concreto es autoedición, con lo que estoy respaldada por una agencia de management , con el equipo que necesito para el directo, con gente que se encarga del sonido y una infraestructura para la promoción.
-Este disco, según usted, es más maduro y frío que anteriores, ¿Frío en qué sentido?
-En el sentido de que la atmósfera no es tan onírica. Es más crudo, y las letras no son tan ingenuas como en el tercero, que aún pecaban de ingenuidad.
-¿Se considera cantautora o más bien una cantante inclasificable?
-Si me considerara cantautora no sería la cantautora al uso. La palabra cantautora lleva consigo cierto compromiso que yo veo de manera metafórica, como Christina Rosenvinge o Quique González.