El ciberespacio chino explota
Santiago
Sina Weibo supera a Twitter en número de usuarios, y muchas otras empresas lideran asombrosas ganancias bursátiles ? Pero las cuentas siguen siendo opacas
21 Nov 2011. Actualizado a las 01:28 h.
Cada cierto tiempo se publica alguna noticia que deja en clara evidencia la fortaleza de la economía china y pone los pelos de punta a más de uno fuera de sus fronteras. Las estadísticas del Gran Dragón son siempre espectaculares, y ahora se demuestra que también quiere reinar en el ciberespacio. Este mes Sina Weibo ha alcanzado los 250 millones de usuarios, una cifra que supera a la de quienes están registrados en Twitter, de quien el gigante «puntocom» asiático copió la idea. Ahora, muchos consideran que el servicio de Weibo es superior al del original, ya que ha ampliado las opciones de este, y la empresa prepara el lanzamiento del microblog en inglés y una ambiciosa reestructuración para introducirse en diferentes negocios del mundo virtual.
Todo ello ha desatado la euforia de los inversores, que se lanzan en busca de nuevos valores en el parqué -Sina cotiza en la bolsa de Nueva York-, pero hay quienes advierten de que la burbuja «puntocom» china podría dejar pequeño el estallido de la occidental, en el 2000. Porque, aunque China roza los 500 millones de internautas y se espera que la tendencia al alza continúe a velocidad de vértigo -hasta los 800 millones a finales del 2013-, todavía no está claro cómo conseguirán las empresas de Internet del país capitalizar el potencial que le da su impresionante número de usuarios.
Peligros
El año pasado, la mitad de las empresas que se estrenaron en el Nasdaq eran chinas, y una veintena más lo hará este ejercicio. Su comportamiento ha sido siempre positivo, el valor de Sina incluso se ha duplicado en lo que va de año, pero las cuentas de las empresas siguen siendo opacas y el escándalo de la principal plataforma de comercio electrónico del país, Alibaba.com, ha dejado en evidencia los peligros existentes. De hecho, solo hace falta comparar el valor en bolsa de Google con el del buscador chino por antonomasia, Baidu, para darse cuenta de que algo no concuerda. La multinacional estadounidense vale en el parqué 4,6 veces los ingresos que obtuvo el año pasado, mientras que en el caso de su competidor chino ese ratio se dispara hasta 41,4.
«China es, en sí misma, una burbuja». Oscar Ramos, director de DAD Asia, una joven empresa de inversión en ?capital semilla?, lo tiene más que claro. Todo en el gigante asiático es a lo grande, y nada es lo que parece. Las oportunidades todavía abundan, pero reconocerlas supone un reto y el dinero rápido es una quimera. Porque lo que hoy es una ganga, mañana puede ser un fraude. Y en el ciberespacio todavía más.
«Sin embargo, hay datos y tendencias que corroboran que en Internet en China hay un negocio verdadero, que crece a un ritmo espectacular», apostilla este emprendedor que se instaló hace dos años en Shanghái y que ya ha conseguido que su empresa sea rentable gracias a promover una docena de «puntocoms» chinas.
Las oportunidades abundan, pero reconocerlas supone un reto y el dinero rápido es una quimera. Porque lo que hoy es una ganga, mañana puede ser un fraude. Y en el ciberespacio chino todavía más. «Es evidente que con algunas nos hemos equivocado, pero solo con uno de los proyectos positivos ya hemos conseguido que la empresa resulte viable», afirma Ramos. «Y todavía no se ha encontrado la gallina de los huevos de oro».
La experiencia le dice que ésta se esconde en el propio mercado chino, y que las empresas locales que quieran internacionalizarse, como parece que pretende ahora Sina Weibo con su versión en inglés, no tendrán mucho éxito por el carácter hermético del país. Lo mismo que tampoco cosechan grandes triunfos las compañías extranjeras que buscan el éxito con versiones chinas de sus productos originales. «Hay un dato muy interesante: el 94% del tráfico de Internet en China es hacia sitios alojados en el propio país. No creo que esto sea únicamente por la censura, sino por una diferencia cultural que hace que para mucha gente sea la opción más atractiva», analiza. «No tengo datos al revés, pero quitando a los chinos que viven en el extranjero, y alguna experiencia aislada de expansión de alguna empresa de juegos, no creo que las webs de China sean muy visitadas desde fuera de sus fronteras».
Sin duda, el internauta chino es muy especial, y requiere productos exclusivamente diseñados para él. «Existe la sensación de que los chinos solo saben copiar, pero en este ámbito no es cierto. El pragmatismo que impregna el carácter de la gente hace que innoven cuando tienen necesidad, y la Red es uno de esos raros casos en los que China va por delante», explica el joven emprendedor madrileño. «Un buen ejemplo es el de You Tube, que no fue precursor como página de vídeos. En China ya había una».
Las cifras de usuarios de los monstruos «puntocom» asustan. Pero muchas veces no hacen a las empresas especialmente rentables. Sin embargo, el espectacular crecimiento de Internet en China, sumado a la bonanza económica del país, hacen que los beneficios resulten muy golosos. «El comercio electrónico ya es la mayor fuente de ingresos en Internet en China y continúa creciendo a ritmos por encima del 50%», explica Oscar Ramos, director de DAD Asia.
«China es un país en vías de desarrollo, y las grandes ciudades solo son el velo que impide ver la realidad del resto. El comercio electrónico no solo es un negocio online, en algunos casos es la mejor y única forma que tienen los clientes de conseguir muchos productos. Si preguntas a cualquier chino donde se puede comprar algo, rápidamente te dirá que en Taobao, y si le preguntas por el precio te dirán que lo revises online. Como en China el porcentaje de los negocios que se realizan online es muy bajo, las posibilidades de expansión y de negocio son muchas», añade.
Internet y móvil
Pero para Ramos el futuro está en la combinación de Internet y dispositivos móviles. «Ahí China sí que puede llevar la voz cantante y marcar tendencia», asegura. Y el negocio está también en los juegos en red. «El sistema es muy diferente. En vez de generar ingresos por la venta de licencias (o sea, de juegos originales), en China las empresas se lucran mediante otras vías. Dan el juego gratis, pero luego cobran por diferentes conceptos, ya sea a través de sms premium o con tarjetas prepago».
Ramos se explica con un ejemplo práctico: «Cualquiera puede participar en un juego X de lucha. Puede descargar gratis el programa y participar sin pagar un solo yuan. Pero, si quiere pelear con una espada mejor que la ?básica? y enfrentarse a sus oponentes con mayores posibilidades de éxito, entonces tiene que pagar. Es un modelo que empieza a implantarse en Occidente y que demuestra el potencial innovador que tiene China. Hay que empezar a aceptar que nuestro liderazgo mundial se ha acabado, y que el primer lugar en el que se va a escenificar este nuevo orden mundial es el ciberespacio».
La burbuja «puntocom» china podría dejar pequeño el estallido de la occidental del año 2000
Una joven con dos mascotas de QQ.com, uno de los principales portales chinos
Oscar Ramos, con Mónica Muriel, se encarga de la dirección de la oficina de la firma DAD Asia