Asunta murió asfixiada y se analiza si antes se le suministró un sedante
Santiago
24 Sep 2013. Actualizado a las 16:27 h.
Asfixia. Esa fue la causa de la muerte de la niña de Santiago de 12 años hallada la madrugada del domingo en Cacheiras (Teo). El ahogamiento no estuvo acompañado de un forcejeo ya que la pequeña no presentaba evidencias de haberse resistido a su agresor. Sí había heridas en su cuerpo, pero todas eran muy leves, meros rasguños y golpes y ninguno de ellos pudo acabar con su vida. De ahí que los investigadores analicen si a Asunta Basterra Porto le suministraron algún sedante que permitiera a su asesino asfixiarla, utilizando una almohada o algo similar que tapara sus vías respiratoria sin aplicar una fuerza que dejase rastro, o si esa sustancia fue la que le causó una parada respiratoria.
Los investigadores están convencidos de que las leves heridas que tenía la pequeña fueron provocadas en el momento en el que su agresor o agresores trasladaron el cuerpo ya sin vida para depositarlo en la cuneta de la pista forestal en la que fue hallada por dos varones a las 1.15 horas del domingo.
La ausencia de una herida mortal y el hecho de que la autopsia haya también descartado la agresión sexual hacen que cobren una importancia vital en la resolución del caso las pruebas toxicológicas que ya han encargado los investigadores de la Guardia Civil. Serán estos análisis los que confirmen si antes de morir Asunta Basterra ingirió algún tipo de sustancia sedante y si la dosis fue suficiente como para causar su fallecimiento o si tan solo la dejó profundamente dormida y a merced de su asesino o asesinos, que habrían entonces aprovechado para asfixiarla.
Líneas de investigación
«Todas las hipótesis están abiertas y no se descarta absolutamente nada», señaló ayer el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, sobre este caso. Y es cierto. La Guardia Civil se ha planteado diferentes escenarios. Desde que la niña saliese por voluntad propia de la vivienda de su madre para encontrarse con un conocido o amigo, hasta que el asesinato sea una venganza de una persona que pudiera estar enemistada con sus padres.
No obstante, dos hechos hacen que los investigadores duden de que la pequeña decidiese por voluntad propia marcharse del piso de su madre, situado en el Ensanche de Santiago, en pleno centro de la ciudad. Una es la ropa que llevaba la niña, un chándal de estar por casa. Si hubiese acudido al encuentro de un amigo, todo indica que habría escogido otro atuendo. La otra es el hecho de que se dejase su teléfono móvil en casa.
También se está investigando al entorno más cercano de la niña, incluida su familia. Los padres de Asunta denunciaron su desaparición a las 22 horas del sábado. La versión que ofrecieron a la Policía Nacional es que la niña se quedó sola en casa de la madre, que salió por la tarde para, según ella misma explicó, hacer unos recados, y que cuando regresó a las 21 horas la pequeña no estaba en la vivienda.
El que la niña apareciese en un lugar apartado pero frecuentado y a la vista, indica que su agresor pudo ser alguien cercano que quería que el cuerpo fuese hallado. La pista donde hallaron a la menor está a pocos kilómetros, y en el mismo Teo, de donde la madre de Asunta posee otra casa con finca.
Ayer, agentes de policía se presentaron en los comercios y establecimientos públicos situados en el entorno de la vivienda de la niña para solicitar las grabaciones de las cámaras de seguridad. En esos vídeos esperan encontrar alguna imagen que pueda aportar luz sobre si la niña salió por voluntad propia o si alguien fue a buscarla.
Incineración en la estricta intimidad
El juez que instruye el caso, José Antonio Vázquez Taín -el mismo que halló el Códice Calixtino-, autorizó ayer la entrega del cadáver de Asunta Basterra a sus familiares, que así pudieron instalar el velatorio en el tanatorio compostelano de Boisaca. Hoy por la mañana tendrá lugar la incineración en estricta intimidad, ya que los padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra, una abogada y un periodista muy conocidos en Santiago, no quieren que asistan más que familiares directos. Después, a las 20.30 horas, tendrá lugar el funeral en la iglesia de San Fernando, en el Ensanche.